El Riu Girona también es conocido como Riu d’Ebo al pasar por el municipio de La Vall d’Ebo. Tiene una longitud cercana a los 40 km. y recorre el Norte de la Comarca Alicantina de la Marina Alta.
Se trata de un río por el que apenas circula caudal de agua, ya que los pequeños aportes que le suministran algunos nacimientos de agua son absorbidos por el cauce y terminan por desaparecer al sobrepasar el núcleo urbano de La Vall d’Ebo.
Al igual que pasa con la mayoría de las cuencas hidrográficas de la costa mediterránea, es capaz de provocar peligrosas inundaciones cerca de su desembocadura en caso de fuertes precipitaciones. Por ello no es recomendable recorrerlo en caso de aviso de gota fría o lluvias torrenciales.
Pero lo que hace interesante e imprescindible de visitar es que tras sobrepasar la población de La Vall d’Ebo, se va encerrando entre profundas laderas, creando una sorprendente garganta llamada el Barranc de l’Infern.
En este Barranc de l’Infern se producen tres espectaculares estrechamientos de los cuales el primero se llama l’Estret y se verá en la descripción de esta ruta.
El segundo y más famoso de los tres se abre y cierra hasta lo increíble, formando a su salida la llamada Cova Santa. Se trata de un tramo en el que hay que utilizar material de escalada para superarlo, por lo que esta ruta tan solo se acerca a su entrada para disfrutar de su espectacularidad.
Y finalmente un tercero a su salida del Vall de Laguar, donde se aprovechó el estrechamiento del cauce para construir la Presa o Assut d’Isbert.
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Como se aprecia en el mapa, se ha dejado el coche junto a unas instalaciones municipales de bombeo de agua, pero hay más espacio para aparcar junto a unos eucaliptos, si se sigue un poco más por el camino asfaltado hasta una bifurcación.
El camino de la izquierda que sigue junto al río y es donde se puede dejar el coche, es por donde se regresará al final de la jornada.
La ruta se inicia por la pista forestal que sube hacia la derecha.
Esta pista forestal va ascendiendo lentamente por la ladera y pasa frente a la Font d’en Gili o Font de Xili como también se la conoce.
Está compuesta por un único caño que vierte un pequeño caudal sobre una pileta de piedra, para posteriormente encauzar el agua por un par de largas piletas que sirven de abrevadero para el ganado.
El agua que rebosa por el final cruza sobre la pista forestal y desciende hasta el lecho del Riu Girona, donde pronto desaparece.
Se prosigue por la pista forestal que asciende un poco más, para posteriormente iniciar un suave descenso en busca del fondo del barranco.
Se llega a unos antiguos bancales que se cruzan por un sendero hasta alcanzar el lecho del Riu Girona, ya desde aquí llamado Barranc de l’Infern.
Circular por todo este tramo del barranco no reviste ninguna dificultad técnica, ya que ni existe ningún salto y el suelo está compuesto principalmente por grava de mediano tamaño.
Al llegar a l’Estret, unas espectaculares paredes verticales encierran el cauce y en él se apilan enormes rocas que pueden dificultar un poco el paso, pero se trata de sortearlas buscando el acceso más apropiado, sin llegar a ser, de cualquier modo, muy complicado.
Frente al único salto de este tramo, aparece una pequeña presa con un gran agujero de desagüe en el centro de la pared, cuyo cometido es frenar un poco una posible avenida de agua, acelerada al pasar por l’Estret, y contener en lo posible la erosión y el arrastre de material.
Se sigue por el cauce y aparece por la ladera de la izquierda un pequeño escurrimiento de agua procedente de la Font del Reinós.
Discurre durante unos metros por el lecho rocoso del barranco hasta saltar a una pequeña poza de grava, donde es absorbida por el cauce y desaparece definitivamente.
Siguiendo el cauce y un poco escondido se encuentra el sendero que permite abandonar el barranco por la derecha, aunque el que hay que seguir en esta ruta es el otro que lo deja por la izquierda y está un poco más adelante.
Pero antes de eso, se puede seguir un poco más por el cauce para visitar la entrada al segundo estrechamiento del Barranc de l’Infern, donde unos grandes saltos impiden el paso, a no ser que se vaya preparado de material de escalada.
La mayor parte de este tramo, de unos 500 metros de longitud, entre este punto y la Cova Santa, se puede recorrer a pie sin mucha dificultad, pero la existencia de varios saltos y pozas exigen estar medianamente instruidos en este tipo de travesías.
Se regresa al principio del sendero, perfectamente marcado y balizado con marcas blancas-amarillas al pasar por aquí la PRV-147.
Durante el ascenso se tiene esta vista de l’Estret.
Se pasa junto a la Font del Reinós.
Imagen de la otra ladera del Barranc de l’Infern, correspondiente a la Serra d’Ebo y al extremo Oriental de la Serra de la Carrasca.
El sendero sube hasta los llanos de Les Juvees del Poble d’Enmig, donde hay una serie de bancales de almendros.
Imagen del paso entre los bancales de almendros.
El sendero pasa entre un grupo de encinas y sale a una explanada frente a un pequeño grupo de casas, unas abandonadas y otras restauradas.
Se prosigue la ruta por el camino de acceso a las casas.
Al salir al cruce se gira a la izquierda.
Sobre la ladera de la solana del Tossal de les Manueles aparece un rebaño de arruís.
Como se ve en mapa, se sigue por el camino, a tramos de tierra y otros asfaltado, hasta llegar cerca del Corral de la Carrasca, donde se abandona por la derecha siguiendo un sendero no muy visible al principio, por lo que hay que ir atentos, ya que aunque está marcado con un poste informativo de la PRV-58, si desapareciese es fácil pasárselo de largo.
Una vez en el sendero no hay ningún problema en seguirlo y termina al enlazar con una pista forestal.
Ahora se continúa hacia la izquierda.
La pista forestal enlaza con la carretera CV-712 entre La Vall d’Ebo y Pego.
Justo al otro lado de la carretera aparece otro sedero marcado por donde se prosigue la ruta.
Este sendero sirve de atajo ya que se vuelve a entrar en la misma carretera.
Como se ve en el mapa se sigue unos metros por ella hasta abandonarla por la izquierda en dirección al Corral de Cataplau.
El camino, primero encementado y posteriormente de tierra, se bifurca para acceder hacia la derecha al corral. Como es evidente se sigue ascendiendo por el ramal de la izquierda, junto a unos antiguos bancales escalonados con muros de piedra.
Este corral es uno de los pocos que quedan en uso de los muchos que existen en esta Serra del Migdia. Por ello es fácil que al pasar junto a él, salgan a intimidar los perros pastores encargados de su vigilancia.
Al llegar al primer collado, si se quiere visitar la Creu de Bodoix, se gira a la derecha.
El sendero pasa junto al pequeño Pouet de Bodoix.
Al llegar al siguiente collado, hay que abandonar la senda que se ha estado siguiendo, ya que esta rodea la cima y baja hasta el Corral de Rata, y continuar la ascensión campo a través.
Al llegar a la cima del Bodoix aparece una gran cruz metálica.
Sobre la cruz hay un par de placas metálicas tan oxidadas que es prácticamente imposible leer la inscripción.
Otra imagen de la Creu de Bodoix.
Desde la atalaya que proporcionan los 542 metros de esta cima del Bodoix, vista hacia el Este sobre la Serra de Segària y al fondo, sobre la línea del horizonte y a cerca de 120 km. de distancia, se distinguen las sierras de unos 400 metros de altura que se levantan al Oeste de la Isla de Ibiza.
Ahora se vuelve a descender por donde se pueda hasta la senda que se dejó a la subida y se regresa por ella como indica el mapa.
Se distingue un rebaño de cabras pastando en la Ombría de Bodoix.
La senda, perfectamente marcada y sin ninguna dificultad, rodea sin apenas desnivel el Altet de Pascual y al llegar a la altura de la Lloma de Peres, inicia un descenso hacia la Lloma de Perdigó.
La senda lleva hacia el Barranc de les Coves, donde queda algo de zona boscosa en esta desarbolada sierra y tras él se eleva el Xical.
Al llegar al cauce del barranco, unas barandas de madera dirigen hacia la izquierda.
Se pasa primero junto a un pequeño nacimiento de agua sin caño que se recoge en una pileta de piedra y luego a la derecha, en el mismo lecho del barranco, aparece un pozo en muy buenas condiciones estructurales pero un agua muy sucia.
Ahora toca un ascenso de unos 300 metros de desnivel hasta llegar al Refugi La Figuereta.
El primer tramo, de unos 200 metros de desnivel hasta el Pla del Gat, son más empinados, los otros 100 m. hasta el refugio, resultan menos exigentes.
Imagen hacia atrás del Barranc de les Coves, a su salida la población de Pego y tras ella se distinguen las lagunas del Parc Natural de la Marjal de Pego-Oliva.
A su paso por el Pla del Gat, la senda pasa junto al, semioculto por las zarzas, Pouet de Potastenc.
Al llegar al collado, la senda que se está siguiendo se une a otra que llega desde el Xical y se dirige hacia el refugio. Por lo tanto ahora hay que continuar hacia la izquierda.
Panorámica hacia el Este.
Por fin se llega al Refugi La Figuereta, gestionado por el Centre Excursionista de Pego, al cual hay que acudir para las reservas.
Dispone de una capacidad de hasta 40 personas, con todas las instalaciones necesarias para pasar unos días disfrutando de la naturaleza.
Se prosigue la ruta siguiendo el camino de acceso al refugio, cerrado más adelante por una barrera.
Se inicia un suave descenso por una pista forestal que pasa junto al Avenc Ample.
Se trata de una sima que desciende verticalmente hasta una profundidad de aproximadamente 60 metros, con un diámetro medio constante de 25 metros.
Al Suroeste de la boca principal existe otra más pequeña que también desciende vertical y se une a la mayor a unos 40 metros de profundidad.
Aunque visitada miles de veces desde 1952, esta sima que aparentaba un simple y enorme pozo vertical, guardaba un secreto no descubierto hasta el año 2001.
En ese año, durante uno de los numerosos descensos de rapel que se realizan en esta sima, Ricardo Bolta se adentró por un pequeño agujero situado a unos 5 metros del fondo. Esta entrada era conocida desde las primeras exploraciones, pero debido a su estrechez, en apariencia infranqueable para una persona, fue descrito desde las primeras topografías como impenetrable.
Pero en realidad tiene continuación y se trata de una estrechísima y complicada gatera de unos 7 metros de longitud, que da acceso a una impresionante galería de aproximadamente setenta metros de longitud, en la que se encuentran todos las formaciones típicas de grutas en las que la constante presencia de agua da forma a techo, paredes y suelo.
Se siguen unos metros por la pista forestal hasta encontrar un sendero que aparece a la derecha.
Por él se inicia el descenso directo hacia el cauce el Riu d’Ebo.
El sendero se acerca y posteriormente enlaza con la conocida carretera CV-712 entre La Vall d’Ebo y Pego.
Se cruza la carretera y se prosigue el descenso por un sendero.
Este sendero pasa junto a Els Corrals de Pego y a continuación baja hasta el lecho del río.
Una vez en el lecho del río se circula por él hasta que por el margen izquierdo se ve la posibilidad de abandonarlo por una abertura en la vegetación.
Ya en los bancales que hay en la ribera, se sigue el camino de acceso que lleva hasta el coche.
Ruta de 19,42 Km realizada en 460' el 27/01/2014
Se trata de un río por el que apenas circula caudal de agua, ya que los pequeños aportes que le suministran algunos nacimientos de agua son absorbidos por el cauce y terminan por desaparecer al sobrepasar el núcleo urbano de La Vall d’Ebo.
Al igual que pasa con la mayoría de las cuencas hidrográficas de la costa mediterránea, es capaz de provocar peligrosas inundaciones cerca de su desembocadura en caso de fuertes precipitaciones. Por ello no es recomendable recorrerlo en caso de aviso de gota fría o lluvias torrenciales.
Pero lo que hace interesante e imprescindible de visitar es que tras sobrepasar la población de La Vall d’Ebo, se va encerrando entre profundas laderas, creando una sorprendente garganta llamada el Barranc de l’Infern.
En este Barranc de l’Infern se producen tres espectaculares estrechamientos de los cuales el primero se llama l’Estret y se verá en la descripción de esta ruta.
El segundo y más famoso de los tres se abre y cierra hasta lo increíble, formando a su salida la llamada Cova Santa. Se trata de un tramo en el que hay que utilizar material de escalada para superarlo, por lo que esta ruta tan solo se acerca a su entrada para disfrutar de su espectacularidad.
Y finalmente un tercero a su salida del Vall de Laguar, donde se aprovechó el estrechamiento del cauce para construir la Presa o Assut d’Isbert.
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Mapa ruta nº 169 Riu Girona
Mapa ruta nº 169 Riu Girona
Como se aprecia en el mapa, se ha dejado el coche junto a unas instalaciones municipales de bombeo de agua, pero hay más espacio para aparcar junto a unos eucaliptos, si se sigue un poco más por el camino asfaltado hasta una bifurcación.
El camino de la izquierda que sigue junto al río y es donde se puede dejar el coche, es por donde se regresará al final de la jornada.
La ruta se inicia por la pista forestal que sube hacia la derecha.
Esta pista forestal va ascendiendo lentamente por la ladera y pasa frente a la Font d’en Gili o Font de Xili como también se la conoce.
Está compuesta por un único caño que vierte un pequeño caudal sobre una pileta de piedra, para posteriormente encauzar el agua por un par de largas piletas que sirven de abrevadero para el ganado.
El agua que rebosa por el final cruza sobre la pista forestal y desciende hasta el lecho del Riu Girona, donde pronto desaparece.
Se prosigue por la pista forestal que asciende un poco más, para posteriormente iniciar un suave descenso en busca del fondo del barranco.
Se llega a unos antiguos bancales que se cruzan por un sendero hasta alcanzar el lecho del Riu Girona, ya desde aquí llamado Barranc de l’Infern.
Circular por todo este tramo del barranco no reviste ninguna dificultad técnica, ya que ni existe ningún salto y el suelo está compuesto principalmente por grava de mediano tamaño.
Al llegar a l’Estret, unas espectaculares paredes verticales encierran el cauce y en él se apilan enormes rocas que pueden dificultar un poco el paso, pero se trata de sortearlas buscando el acceso más apropiado, sin llegar a ser, de cualquier modo, muy complicado.
Frente al único salto de este tramo, aparece una pequeña presa con un gran agujero de desagüe en el centro de la pared, cuyo cometido es frenar un poco una posible avenida de agua, acelerada al pasar por l’Estret, y contener en lo posible la erosión y el arrastre de material.
Se sigue por el cauce y aparece por la ladera de la izquierda un pequeño escurrimiento de agua procedente de la Font del Reinós.
Discurre durante unos metros por el lecho rocoso del barranco hasta saltar a una pequeña poza de grava, donde es absorbida por el cauce y desaparece definitivamente.
Siguiendo el cauce y un poco escondido se encuentra el sendero que permite abandonar el barranco por la derecha, aunque el que hay que seguir en esta ruta es el otro que lo deja por la izquierda y está un poco más adelante.
Pero antes de eso, se puede seguir un poco más por el cauce para visitar la entrada al segundo estrechamiento del Barranc de l’Infern, donde unos grandes saltos impiden el paso, a no ser que se vaya preparado de material de escalada.
La mayor parte de este tramo, de unos 500 metros de longitud, entre este punto y la Cova Santa, se puede recorrer a pie sin mucha dificultad, pero la existencia de varios saltos y pozas exigen estar medianamente instruidos en este tipo de travesías.
Se regresa al principio del sendero, perfectamente marcado y balizado con marcas blancas-amarillas al pasar por aquí la PRV-147.
Durante el ascenso se tiene esta vista de l’Estret.
Se pasa junto a la Font del Reinós.
Imagen de la otra ladera del Barranc de l’Infern, correspondiente a la Serra d’Ebo y al extremo Oriental de la Serra de la Carrasca.
El sendero sube hasta los llanos de Les Juvees del Poble d’Enmig, donde hay una serie de bancales de almendros.
Imagen del paso entre los bancales de almendros.
El sendero pasa entre un grupo de encinas y sale a una explanada frente a un pequeño grupo de casas, unas abandonadas y otras restauradas.
Se prosigue la ruta por el camino de acceso a las casas.
Al salir al cruce se gira a la izquierda.
Sobre la ladera de la solana del Tossal de les Manueles aparece un rebaño de arruís.
Como se ve en mapa, se sigue por el camino, a tramos de tierra y otros asfaltado, hasta llegar cerca del Corral de la Carrasca, donde se abandona por la derecha siguiendo un sendero no muy visible al principio, por lo que hay que ir atentos, ya que aunque está marcado con un poste informativo de la PRV-58, si desapareciese es fácil pasárselo de largo.
Una vez en el sendero no hay ningún problema en seguirlo y termina al enlazar con una pista forestal.
Ahora se continúa hacia la izquierda.
La pista forestal enlaza con la carretera CV-712 entre La Vall d’Ebo y Pego.
Justo al otro lado de la carretera aparece otro sedero marcado por donde se prosigue la ruta.
Este sendero sirve de atajo ya que se vuelve a entrar en la misma carretera.
Como se ve en el mapa se sigue unos metros por ella hasta abandonarla por la izquierda en dirección al Corral de Cataplau.
El camino, primero encementado y posteriormente de tierra, se bifurca para acceder hacia la derecha al corral. Como es evidente se sigue ascendiendo por el ramal de la izquierda, junto a unos antiguos bancales escalonados con muros de piedra.
Este corral es uno de los pocos que quedan en uso de los muchos que existen en esta Serra del Migdia. Por ello es fácil que al pasar junto a él, salgan a intimidar los perros pastores encargados de su vigilancia.
Al llegar al primer collado, si se quiere visitar la Creu de Bodoix, se gira a la derecha.
El sendero pasa junto al pequeño Pouet de Bodoix.
Al llegar al siguiente collado, hay que abandonar la senda que se ha estado siguiendo, ya que esta rodea la cima y baja hasta el Corral de Rata, y continuar la ascensión campo a través.
Al llegar a la cima del Bodoix aparece una gran cruz metálica.
Sobre la cruz hay un par de placas metálicas tan oxidadas que es prácticamente imposible leer la inscripción.
Otra imagen de la Creu de Bodoix.
Desde la atalaya que proporcionan los 542 metros de esta cima del Bodoix, vista hacia el Este sobre la Serra de Segària y al fondo, sobre la línea del horizonte y a cerca de 120 km. de distancia, se distinguen las sierras de unos 400 metros de altura que se levantan al Oeste de la Isla de Ibiza.
Ahora se vuelve a descender por donde se pueda hasta la senda que se dejó a la subida y se regresa por ella como indica el mapa.
Se distingue un rebaño de cabras pastando en la Ombría de Bodoix.
La senda, perfectamente marcada y sin ninguna dificultad, rodea sin apenas desnivel el Altet de Pascual y al llegar a la altura de la Lloma de Peres, inicia un descenso hacia la Lloma de Perdigó.
La senda lleva hacia el Barranc de les Coves, donde queda algo de zona boscosa en esta desarbolada sierra y tras él se eleva el Xical.
Al llegar al cauce del barranco, unas barandas de madera dirigen hacia la izquierda.
Se pasa primero junto a un pequeño nacimiento de agua sin caño que se recoge en una pileta de piedra y luego a la derecha, en el mismo lecho del barranco, aparece un pozo en muy buenas condiciones estructurales pero un agua muy sucia.
Ahora toca un ascenso de unos 300 metros de desnivel hasta llegar al Refugi La Figuereta.
El primer tramo, de unos 200 metros de desnivel hasta el Pla del Gat, son más empinados, los otros 100 m. hasta el refugio, resultan menos exigentes.
Imagen hacia atrás del Barranc de les Coves, a su salida la población de Pego y tras ella se distinguen las lagunas del Parc Natural de la Marjal de Pego-Oliva.
A su paso por el Pla del Gat, la senda pasa junto al, semioculto por las zarzas, Pouet de Potastenc.
Al llegar al collado, la senda que se está siguiendo se une a otra que llega desde el Xical y se dirige hacia el refugio. Por lo tanto ahora hay que continuar hacia la izquierda.
Panorámica hacia el Este.
Por fin se llega al Refugi La Figuereta, gestionado por el Centre Excursionista de Pego, al cual hay que acudir para las reservas.
Dispone de una capacidad de hasta 40 personas, con todas las instalaciones necesarias para pasar unos días disfrutando de la naturaleza.
Se prosigue la ruta siguiendo el camino de acceso al refugio, cerrado más adelante por una barrera.
Se inicia un suave descenso por una pista forestal que pasa junto al Avenc Ample.
Se trata de una sima que desciende verticalmente hasta una profundidad de aproximadamente 60 metros, con un diámetro medio constante de 25 metros.
Al Suroeste de la boca principal existe otra más pequeña que también desciende vertical y se une a la mayor a unos 40 metros de profundidad.
Aunque visitada miles de veces desde 1952, esta sima que aparentaba un simple y enorme pozo vertical, guardaba un secreto no descubierto hasta el año 2001.
En ese año, durante uno de los numerosos descensos de rapel que se realizan en esta sima, Ricardo Bolta se adentró por un pequeño agujero situado a unos 5 metros del fondo. Esta entrada era conocida desde las primeras exploraciones, pero debido a su estrechez, en apariencia infranqueable para una persona, fue descrito desde las primeras topografías como impenetrable.
Pero en realidad tiene continuación y se trata de una estrechísima y complicada gatera de unos 7 metros de longitud, que da acceso a una impresionante galería de aproximadamente setenta metros de longitud, en la que se encuentran todos las formaciones típicas de grutas en las que la constante presencia de agua da forma a techo, paredes y suelo.
Se siguen unos metros por la pista forestal hasta encontrar un sendero que aparece a la derecha.
Por él se inicia el descenso directo hacia el cauce el Riu d’Ebo.
El sendero se acerca y posteriormente enlaza con la conocida carretera CV-712 entre La Vall d’Ebo y Pego.
Se cruza la carretera y se prosigue el descenso por un sendero.
Este sendero pasa junto a Els Corrals de Pego y a continuación baja hasta el lecho del río.
Una vez en el lecho del río se circula por él hasta que por el margen izquierdo se ve la posibilidad de abandonarlo por una abertura en la vegetación.
Ya en los bancales que hay en la ribera, se sigue el camino de acceso que lleva hasta el coche.
Ruta de 19,42 Km realizada en 460' el 27/01/2014