VALL DE LAGUAR

La Vall de Laguar es un enclave ubicado entre la Serra del Cavall Verd, la Serra de la Carrasca y la del Migdia.

Se trata de un municipio formado por los pueblos de Benimaurell, Campell, Fontilles y Fleix (sede del ayuntamiento).

Las montañas que rodean este valle, fueron el escenario del fin de la sublevación de los moriscos en la Comunidad Valenciana y su definitiva expulsión desde la cercana Denia; por ello es fácil encontrar vestigios, tanto artísticos como culturales de su presencia en esta zona y el laborioso trabajo agrícola realizado, para conseguir cultivar en este entorno tan montañoso.

pincha aquí versión para imprimir

pincha aquí versión satélite WIKILOC

...
Mapa ruta nº 71 del Vall de Laguar

...
Descripción de la ruta

Se inicia la ruta saliendo de Fleix por la carretera en dirección a Benimaurell, pero a los pocos metros se desvía a la derecha, por un camino asfaltado que pasa junto a la Font Grossa y al antiguo lavadero de Fleix.

A la vuelta, este lugar resulta muy interesante para refrescarse y reponerse de la caminata.

Un poco más allá del lavadero se encuentra el principio de la senda que empieza a descender por la ladera.

La senda, con muchos siglos de existencia, es ancha y está nivelada gracias a un muro lateral de piedra que la mantiene estable y evita la erosión por el agua, al igual que las piedras transversales que forman escalones.

Antes de llegar al Forat, se cruza un arroyo que según la cantidad de agua que lleve, permitirá disfrutar de la visión de un espectacular salto de agua.

En esta ocasión no hay suerte y la poca agua que corre, simplemente se desliza por la pared rocosa del salto.

Se sigue bajando hasta alcanzar el blanco lecho seco del Riu Girona, que ha creado el impresionante Barranc de l’Infern.
De momento, se sigue la ruta subiendo por la senda que continúa por la ladera de enfrente.

La existencia de estos escalones (más de 6.000), ha permitido que la senda siga conservándose en perfectas condiciones, pero para el caminante, supone un hándicap, ya que además de tener que levantar el pie más de lo debido para no tropezar, hay que adecuar el paso a la distancia entre escalones.

Esta es una imagen del tramo que se ha bajado desde Fleix.

En estas sierras se encuentran pocas zonas de bosque, por lo que este es de los pocos lugares en los que se camina rodeado de pinos.

Además del Pou de Juvea, que normalmente siempre tiene agua y por tanto es un lugar imprescindible para abrevar el ganado de la zona, existen otros en los que según la época del año y las condiciones climáticas, también es posible encontrarlos con agua.

Pasado el Pou de Juvea empieza un camino que sube hasta un collado y tras pasar junto a las casas de Les Juvees d’Enmig, se encuentra a la izquierda el desvío por donde continúa la ruta.

El camino de tierra termina en un pequeño grupo de casas, pero un poco antes se encuentra a la izquierda una senda marcada que pasa por entre un pequeño encinar.

Más adelante por estos campos de almendros.

Imagen de la otra ladera del Barranc de l’Infern, correspondiente a la Serra d’Ebo y al extremo Oriental de la Serra de la Carrasca.

Ahora una estrecha senda, sin escalones, desciende por la ladera en dirección a la Font del Reinós.

La Font del Reinós es un pequeño nacimiento que recoge el agua en tres piletas escalonadas y es un buen lugar para realizar una parada y refrescarse.

La senda sigue descendiendo hasta el cauce seco del Río Girona.

Hacia la izquierda se llegaría a la zona del Barranc de l’Infern, donde se realizan los rápeles por la difícil estructura que adquiere el barranco.
Para esta ruta se continúa por la derecha, en busca de la senda que sube en dirección a Les Juvees de d’Alt.

Esta ladera se encuentra escalonada por multitud de muros de piedra, que consiguieron formar pequeñas porciones de tierra de cultivo ya abandonadas, donde tan solo los olivos sobreviven en estas difíciles condiciones.

Tras alcanzar Les Juvees de d’Alt, la ruta sigue por una senda que empieza junto a estas ruinas.

Descendiendo por el Barranco del Tuerto se pasa frente a estas ruinas.

En este barranco se vuelve a recorrer una senda sólidamente construida y con una anchura considerable.
También es de destacar la presencia, durante toda la ruta, de una cantidad extraordinaria de plantas de palmito y de chumberas, que parecen estar un poco fuera de lugar, en una zona tal vez un poco fría para este tipo de plantas.

Tras cruzar el Barranc dels Racons, se llega a un cruce de sendas, donde hay que continuar por la de la izquierda, en dirección a la Cova Santa.

La estrecha senda pasa bajo estos impresionantes acantilados.

Hasta que desciende y alcanza el lecho del Barranc de l’Infern.

Una vez en el fondo, hay que dirigirse a la izquierda siguiendo el barranco, entrando en un mundo cada vez más impresionante a medida que las paredes se estrechan.

La Cova Santa es el lugar en el que las paredes del barranco quedan tan juntas que parece existir un techo que se cierra en la alturas, convirtiendo el Barranc de l’Infern en un túnel, del que sin material de escalada, tan solo se puede recorrer un tramo.

Tras la visita a la cueva, se regresa por el mismo camino, descendiendo el lecho del Riu Girona hasta alcanzar el punto en el que al principio de la jornada se ha bajado desde Fleix. Por lo que desde aquí, ya se podría empezar el regreso subiendo por la senda de la derecha.

Si se sigue recorriendo el cauce para visitar el Assut d’Isbert, se descubren en los acantilados que lo flanquean, cuevas que han sido utilizadas con fines probablemente ganaderos.


El lecho se va allanando, al estar formado por los sedimentos arrastrados por las riadas.

Este es el Assut d’Isbert o pequeña presa para riego de Isbert; fue construido en 1944 en este lugar, aprovechando el estrechamiento del barranco, con la intención de conseguir embalsar las aguas de las avenidas del Río Girona y disponer de reservas para la agricultura. Pero no se tuvieron en cuenta las características geológicas del terreno (muy permeables) y el agua embalsada rápidamente es absorbida por el suelo.
Por lo tanto, en la actualidad ejerce unas funciones distintas a las originales, pero igual de importantes, como son frenar el caudal en caso de riada y cargar el acuífero de Orba con el agua que de otro modo, se perdería en el mar.
La otra cara de la presa se visita en la ruta nº 172.

Después de la visita a la presa se regresa hasta el punto en el que se retoma la senda de subida hacia el Forat, después la Font Grossa, Fleix y fin de la ruta.


Ruta de 19,51 Km realizada en 340' el 04/02/2009