SERRA GELADA

En esta ocasión hay que acercarse hasta Benidorm para recorrer los impresionantes acantilados de la Serra Gelada, una auténtica excepción en la costa alicantina, normalmente compuesta de extensas playas de arena.

Se trata de un Parque Natural de la Comunidad Valenciana y esperemos que gracias a esto se conserve a salvo de la terrible presión urbanística que la rodea.

Según parece, el nombre de Serra Gelada viene del efecto óptico de la luz de la Luna, que por las noches hace brillar los 6 kilómetros de impresionantes acantilados, de casi 300 metros de altura, que asemejan un enorme bloque de hielo desde el mar en la distancia.

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Mapa ruta nº 72 Serra Gelada

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Descripción de la ruta

Hay que llegar en coche hasta un punto cercano a la Cruz de Benidorm, donde si bien no existe una zona en concreto para aparcar, se puede dejar el coche en un lado de la carretera, ya que esta es lo suficientemente ancha como para que no moleste.

Después de visitar la Cruz, se continúa por la senda que se adentra por el lateral de un pequeño barranco. Un poco más adelante se atraviesa y empieza el ascenso hacia la cumbre.

Cuando se llega a la cima se descubre el maravilloso paisaje de la inmensidad del mar, bajo el Sol del amanecer.

Si se mira hacia el interior de la sierra, se descubre que está cubierta por una importante masa de bosque formada por pinos, aparte de la existencia de una gran cantidad de especies botánicas de especial interés.
Al fondo se ven, poco nítidos por la bruma, el Puig Campana y el Ponoig.

Frente a estos acantilados de un tono rojizo, se encuentra el pequeño islote llamado Illa Mitjana, que a pesar de tener el mismo origen tectónico, es de un color más blanquecino.

La senda discurre en una sucesión de subidas y bajadas cerca del borde del precipicio, por lo que hay que ser prudentes al recorrerla y sobre todo al acercarse para ver el fondo.

Si al asomarse a disfrutar de la vista, se descubre lo que parece ser la desembocadura de un manantial, nada más lejos de la realidad, ya que se trata del desagüe de la depuradora de Benidorm. Sale del acantilado a unos 50 metros sobre el nivel del mar, después de atravesar la sierra por un túnel. Se supone que esta agua es sobrante, por lo tanto ya se encuentra depurada y no debería contaminar el agua de esta costa.


Como se ve en el mapa, la senda termina por enlazar con el camino de asfalto muy desgastado, que accede a las antenas que existen en la cima más alta de esta sierra.

En el collado donde empieza la última rampa que da acceso a las antenas, se encuentra esta balsa de abastecimiento de agua contra incendios.

Unos metros antes de alcanzar las antenas, se encuentra a la izquierda una senda marcada que lleva hasta l’Albir.

Pero en esta ruta lo que se quiere es bajar hasta el Far de l'Albir, por tanto hay que abandonarla y desviarse a la derecha cuando empieza a descender más bruscamente, campo a través.

Esta es la parte más complicada de la ruta al no existir ninguna senda de bajada, por lo que hay que ir descendiendo esta zona boscosa por donde se pueda, buscando siempre dirigirse hacia la derecha.

Una vez en terreno despejado de pinos, es más fácil situarse.
Hay que bajar por el cordal de la ladera de la izquierda de este barranco.


Esta es una vista, mientras se baja, de la impresionante cueva llamada Boca de la Balena o Cova de Bou.

El descenso se realiza por entre la vegetación, que por suerte no está compuesta por plantas espinosas, pero puede resultar difícil para gente que no está acostumbrada a caminar por la montaña.

Tras alcanzar el camino de acceso se llega al Far de l'Albir, junto al que existen las ruinas de una antigua torre vigía del siglo XVII, lo que demuestra la situación estratégica de este enclave. Se encuentra situado sobre el Cap de l’Estufador, en el extremo más Oriental de la Serra Gelada.

Ahora para iniciar el regreso, hay que subir a un pequeño mirador que se encuentra a pocos metros de la entrada del faro y seguir una senda de regreso que corre cercana a la cumbre.

Aun siendo la parte más baja de la ruta, se disfruta de unos acantilados de más de 100 metros de altura.

Cuando empieza la subida hacia las antenas, la senda se va disgregando en varias, pero hay que intentar seguir la que discurre más hacia la izquierda, porque el objetivo es rodear la cumbre por la cara Sur-Oriental, que es la que da al mar.

Al echar la vista atrás, se disfruta por última vez de la vista del faro y sobre él, en medio del mar, de las redondas jaulas donde se crían doradas y lubinas.

A cerca de 400 metros sobre el nivel del mar, se descubre una “zodiac” de apoyo de buceadores, que encuentran en esta zona, un lugar ideal para practicar el submarinismo deportivo.

La senda que se sigue fácilmente bordeando la cima de las antenas, se diluye al llegar al collado donde se encuentra la balsa, junto a la que se ha pasado en el camino de ida.

Cuando se alcanza el camino de las antenas, el regreso ya transcurre por el mismo lugar de la ida. Este es el punto de enlace entre el camino de acceso a las antenas y la senda que recorre toda la sierra.

Ahora se vuelve a disfrutar de los impresionantes acantilados y de las subidas y bajadas de la senda, pero en dirección contraria.

Tras este gran hito de piedras amontonadas, se distingue la Cruz de Benidorm y por tanto el fin de la ruta.

Impresiona la gran altura que alcanzan los edificios de Benidorm, que es la población con más rascacielos por habitante del mundo y la segunda si los contamos por metro cuadrado, por detrás de Manhattan.
Se encuentra situado en un lugar privilegiado, al estar rodeado de montañas que frenan por tres de sus costados el viento que podría enfriarla, por lo que mantiene un microclima más cálido en invierno que el resto del litoral alicantino.


Ruta de 16,02 Km realizada en 390' el 01/03/2009