DUNAS DE GUARDAMAR DEL SEGURA NORTE

Las Dunas de Guardamar del Segura forman parte de un Sistema Dunar único y singular en la Provincia de Alicante, ya que su existencia y desarrollo está ligado a los sedimentos arrastrados por el Río Segura.

Esta porción de costa, acompañada casi por completo por una franja verde compuesta en su gran mayoría por pinos, empieza por el Norte en la Platja del Pinet, en Término Municipal de Santa Pola, continúa por las Platjes de la Marina y del Reboll en Término Municipal de Elx y sigue con la Platja els Tossals ya dentro del Término Municipal de Guardamar del Segura, pero aún al norte de la desembocadura del río. Luego, al sur de la desembocadura, se encuentran la Platja dels Vivers y la Platja Babilonia con una importante masa forestal. A continuación, viene la Platja Centre y la Platja la Roqueta, donde una por urbana y otra por agrícola, no existe franja boscosa. Luego vuelve a aparecer hasta llegar al Término Municipal de Torrevieja, a lo largo de las Platjes del Montcaio, del Camp y de les Ortigues.

Es por tanto que para conocer esta zona se han realizado tres rutas distintas:

La ruta nº 188, en la que se recorre la porción al norte de la desembocadura del Río Segura.

Luego, esta ruta nº 189 discurre entre la desembocadura del río y el núcleo urbano de Guardamar del Segura.

Y finalmente, la ruta nº 190, para conocer la porción sur de la franja costera del Término Municipal de Guardamar.

HISTORIA DEL SISTEMA DUNAR DE GUARDAMAR Y ELCHE

La existencia de este conjunto de franja vegetal y dunas de fina arena que conocemos actualmente no es fruto de la casualidad, sino que se trata del resultado de un ambicioso proyecto de regeneración acometido a principios del siglo XX.

El problema era que el equilibrio natural de la zona se rompió con la tala indiscriminada, durante el siglo XVIII, de la enorme masa boscosa de pinos que siempre había existido en esta zona y en toda la ribera del Río Segura, para la construcción de barcos de guerra; pero sin ningún tipo de política de reforestación.

La deforestación de la ribera del Río Segura ocasionó que, sobre todo durante los episodios de lluvias torrenciales, el violento cauce arrastrara hacia el mar una enorme cantidad de sedimentos que posteriormente se depositaban en la playa. Luego, como siempre ha pasado, el frecuente viento de Levante lo acumula, formando grandes dunas que se van desplazando hacia el interior.

A finales del siglo XIX se llego a un punto en el que las enormes dunas cubrieron parte de las casas y campos de cultivo, amenazando muy seriamente la existencia de la población de Guardamar del Segura.

De la mano del ingeniero de montes D. Francisco Mira y Botella, se iniciaron una serie de acciones en la franja costera de Guardamar y Elx, para en un primer momento detener el avance de las dunas y posteriormente fijarla, con una repoblación vegetal y arbórea en la que destacan los pinos.

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Mapa ruta nº 189 Dunas de Guardamar del Segura Norte

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Descripción de la ruta

Junto al Parc Reina Sofía, cerca de la entrada al Parc Alfonso XIII, hay una zona donde poder aparcar el coche.

Se cruza la Carretera a La Playa y se busca la entrada a las Dunas de Guardamar, frente a la que se encuentra una estatua de bronce de D. Francisco Mira i Botella sentado en un banco.

Esta zona está acondicionada con paseos y juegos infantiles bajo el nombre de Parque Alfonso XIII.

Por esta entrada hay más eucaliptos que pinos.

Se llega a una explanada frente al Viver Vell, uno de los tres viveros que se crearon, y de donde salieron parte de los 600.000 pinos, 40.000 palmeras, 5.000 eucaliptos y multitud de plantas herbáceas, utilizadas para la reforestación de este Sistema Dunar de Guardamar-Elx.
A la izquierda se encuentra una casa forestal de la misma época y perfectamente restaurada.

A la derecha aparece un monumento a D. Francisco Mira y Botella, artífice de esta exitosa reforestación que le llevó 28 años de trabajo, hasta que se comprobó su total eficacia.
También fue el responsable de la reforestación del Monte Benacantil, en Alicante capital.

Se continúa la ruta por el camino asfaltado que llega aquí. Al alcanzar el primer cruce se gira a la derecha y en el siguiente a la izquierda.

A los pocos metros hay que localizar a la derecha una pista forestal que aparenta adentrarse en la pinada.

Pero en realidad es la entrada al importante yacimiento arqueológico de La Fonteta, totalmente acotado por un vallado metálico.
En él se unen los restos de una antigua ciudad fenicia de los Siglos VIII al VI A.C. y de La Rábita Califal, monasterio islámico del Siglo X.
Antes de llegar se desciende hacia la izquierda por lo que parece una bifurcación.

Pronto termina y se continúa por un sendero junto a la valla.

Desde aquí se puede observar gran parte del yacimiento, demarcado por una pasarela para su visita.

Cuando termina el perímetro vallado se prosigue al frente, serpenteando entre los pinos.

Primero se busca avanzar por la cresta de la duna, más despejada.

Pero en poder, hay que descender hacia la izquierda y seguir por un ancho y rectilíneo paso por entre la Pinada de Guardamar. Se llega a un punto en que desaparece y se continúa entre un pinar ahora más cerrado.

El objetivo es llegar junto a los edificios que despuntan en el horizonte.

Al salir del bosque, hay que girar a la derecha por un camino de tierra.
Como se ve en la imagen, existe una valla metálica que impide el paso, por lo que es importante salir junto a los edificios, donde esta termina.

Al llegar a las instalaciones del Puerto deportivo Marina de las Dunas, el camino gira a la izquierda, pero se prosigue por una pasarela elevada de madera que empieza hacia la derecha y recorre todo el Saladar del Manco.

La pasarela termina al enlazar con un camino asfaltado conocido como Avenida de las Dunas.
Girando a la derecha se cerraría el circuito por la Pinada de Guardamar.

Pero estando aquí, es interesante seguir hacia la izquierda, para conocer la desembocadura del Río Segura.

Se quedan a la izquierda las instalaciones del puerto deportivo y un acceso a ellos. Se prosigue girando a la derecha por el camino asfaltado.

Luego se enfila una recta que lleva directamente hacia el espigón del La Bocana. Bastante ancho y encementado en todo su trazado.

Imagen de la desembocadura del Río Segura, conocido como La Gola.

Es una zona muy frecuentada por pescadores, casi siempre acompañados por gatos que viven entre las piedras del rompeolas, esperando pacientes por si les toca parte de la pesca.

El final del espigón lo resalta un pequeño faro rojo, que facilita la circulación marítima por la desembocadura de este río navegable, además que para entrar al puerto deportivo, casi un par de kilómetros con embarcaciones de pequeño calado.

Vista de La Gola del Río Segura hacia el interior.

Ahora toca regresar por la misma pista encementada.

Imagen de la Platja dels Vivers, tras la que se levanta una enorme duna.

Se llega hasta el principio de la playa y se accede a ella por un tramo de pasarela con escalera de madera.

Como es habitual, un Chorlitejo Patinegro busca algo para comer sobre la arena.

Al sobrepasar la duna elevada, la franja siguiente está cercada por una empalizada para evitar el trasiego por ella, ya que se encuentra en fase de regeneración. Para ello, unas pasarelas elevadas permiten pasar a la playa sin impacto sobre su recuperación.

Al ver la línea de viviendas llamadas Casas de Babilonia, parece absurdo que se construyesen tan cerca del agua. Pero lo cierto es que cuando se fue edificando esta hilera de casas frente al mar durante la primera mitad del Siglo XX, la playa tenía como poco, medio centenar de metros por delante de ellas, pero como pasa al otro lado de la desembocadura del Río Segura, en la Platja del Pinet, la regresión de la playa, es más evidente al tener las edificaciones como referencia. El motivo en esta, además de la construcción del gran espigón de la desembocadura, es por ser cada vez menores los aportes de sedimentos por parte del río, debido a la gran cantidad de infraestructuras que los detienen a lo largo de su curso.

Algunas de ellas ya han sido derribadas por seguridad y otras se encuentran en un estado bastante ruinoso, al verse seriamente afectadas por el embate del mar en días de fuerte temporal. Además de que sus propietarios, bajo concesión administrativa hasta el 2018, no pueden efectuar ningún tipo de reforma al estar en litigios por la Ley de Costas.

Casi al final de la Platja Babilonia, se abandona por el paso entre casas que da acceso a la Carretera a La Playa.

Ya solo queda un pequeño trecho por el paseo hasta llegar al coche.


Ruta de 6,90 Km realizada en 100' el 18/12/2014