En esta ocasión se recorre una pequeña elevación del terreno, de poco más de 130 metros de diferencia con las llanuras circundantes, situada en el término municipal de Monforte del Cid y que hace de enlace entre la Serra del Tabaiá al Sur y la Serra de San Pascual al Norte.
No existe una solución de continuidad entre ambas sierras, ya que al Sur se encuentran separadas por La Cañada, un collado que se abre al paraje de La Font del Llop, donde se ha construido un campo de golf.
En el otro extremo, también frente a un campo de golf, corta el paso hacia la Serra de San Pascual otro collado convertido en puerto de montaña, aunque siquiera llega a los 300 metros de altura, llamado El Portitxol de Montfort.
Ahora lo cruza la autovía A-31, aunque siempre ha sido la principal vía de comunicación de Alicante con el interior de la península y prueba de ello es la existencia de la denominada Línea defensiva del Portichol, una concatenación de al menos 8 bunkers de distintos tamaños y orientaciones con la intención de proteger este puerto durante la Guerra Civil.
Actualmente solo existen 7 bunkers (un octavo desapareció con la construcción de la autovía), por lo que, numerándolos de Norte a Sur, se observa en el mapa que el primero queda fuera del cuadrante mostrado en él.
También se puede observar que los número 2 y 7 quedan fuera de la ruta descrita, por lo que no se documentarán visualmente con tanto detalle como los demás, e incluso la fotografía de bunker 7 está cogida de internet.
Esta Línea defensiva es, junto con la Línea defensiva del Clot de Galvany, las dos agrupaciones de bunkers más importantes de la provincia de Alicante, aunque nunca llegaron a utilizarse.
En territorio de Alicante no llegaron a producirse nunca importantes combates cuerpo a cuerpo, ya que su función durante la Guerra Civil fue la de retaguardia del bando republicano, donde se desplazaban los refugiados de otras provincias del interior, especialmente hacia Alicante capital, donde se concentraron los sí frecuentes bombardeos aéreos sobre algunos núcleos de población de la provincia.
Por ello en Alicante, que fue una de las últimas ciudades en caer en manos franquistas, existen infinidad de refugios subterráneos y las baterías antiaéreas fueron situadas especialmente sobre la línea de la costa, desde donde llegaban en su inmensa mayoría los ataques de la aviación fascista que llegaba desde Mallorca.
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Como se ve en el mapa, se inicia la ruta ascendiendo hacia lo alto de la sierra por una pista forestal ancha pero en un estado no muy adecuado para subir con el coche.
Vista hacia atrás sobre el campo de golf y tras él, la Serra del Tabaiá.
Una vez arriba, imagen del interior de esta pequeña sierra, pero no por ello desprovista de encanto.
Se sigue recto por la pista forestal que recorre la cresta de este lado de la sierra.
Se deja la cresta al llegar a un collado donde la pista forestal se separa en dos.
Se sigue la ruta descendiendo hacia la izquierda entre pinos de buen tamaño.
Llega a unos antiguos bancales de almendros preparados para el regadío, pero ahora abandonados.
Se prosigue la ruta por el camino de tierra que sigue hacia la derecha pegado a los bancales.
Tras algunos cruces como se ve en el mapa, se llega a un collado que hace las veces de puerto de montaña por donde pasa la carretera entre Alicante y Aspe CV-847.
Como ha sido evidente durante el recorrido, se ha cruzado un coto privado de caza vallado, pero al llegar a la carretera aparece una puerta permanentemente abierta.
Al cruzar al otro lado de la carretera, con mucha precaución ya que la visibilidad es reducida, empieza otra pista forestal cerrada con una cadena, advirtiendo de la existencia de un coto privado de caza, pero prohibiendo específicamente el paso a ciclistas.
Como es evidente no hay que pasar de ninguna de las maneras en temporada de caza.
Se cruza la cadena y se continúa la ruta por el ramal de la izquierda de la pista forestal.
Tras una pequeña subida, la pista forestal gira a la izquierda iniciando el rodeo del extremo Sur de esta porción de la sierra denominada La Pedrera.
Al girar sobre la cara Oeste aparecen a la vista los inmensos bancales de la famosa Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó.
Única uva embolsada con Denominación de Origen que la hace igualmente inconfundible por su maduración, protegida de agentes externos por una bolsa de papel abierta tan solo en su parte inferior.
La pista forestal va haciéndose cada vez menos transitable por la presencia de vegetación, en su mayoría esparto, por lo que tampoco resulta complicado avanzar por ella.
Finalmente termina la pista forestal, por lo que para continuar hay que hacer una pequeña trepada por la roca de la ladera.
Se rodea este cordal por donde se pueda y sin ninguna dificultad, siguiendo la misma cota de altura, hasta bajar por el otro lado.
Donde aparece un sendero no muy definido, pero puede servir de referencia para encontrarlo, que pasa bajo un gran pino.
Una vez pasado el pino empieza nuevamente una pista forestal, que probablemente debería enlazar con la que se ha dejado, pero nunca llegaron a unirse.
Está menos utilizada que la anterior, por lo que la vegetación la cubre más profusamente.
Se dirige hacia un collado, rebajado y ampliado con maquinaria pesada para lograr el paso de esta pista forestal.
Una vez sobrepasado el collado, la ruta prosigue al frente por una pista forestal cada vez más difícil de distinguir.
Pero si se tiene interés en visitar los bunkers de la zona, unos metros a la izquierda se encuentra el Bunker 6.
Al igual que el Bunker 7 y el Bunker 1, que se encuentran fuera de ruta, está compuesto por dos estancias con varias troneras tipo embudo, es decir más estrechas en el interior que en el exterior, preparadas para la instalación de ametralladoras.
Lo que sí que varía es la entrada, que se debe adaptar al terreno circundante.
En este caso debió producirse algún error de diseño, ya que como se ve en las marcas de las paredes, en caso de lluvias torrenciales, este bunker se inunda de agua hasta que rebosa por las troneras.
Como se ha comentado anteriormente, tras la visita se prosigue la ruta por lo que queda de pista forestal, hasta que finalmente desaparece.
Según el mapa vendría muy bien continuar por un camino de tierra que discurre por la falda de la sierra, pegado a los bancales.
Pero al llegar se descubre que la finca está vallada, por lo que hay que seguir campo a través por la ladera.
La vegetación no molesta demasiado, ya que en su mayoría se trata de esparto.
Además no hay pérdida posible, ya que el próximo objetivo es claramente visible, el Toro de Osborne.
Imagen del Toro de Osborne del Portichol de Monforte del Cid.
Otra imagen del Toro con más detalle.
Como se ve, aparte de alguna pintada a mano, parece que ha sido acribillado con bolas de pintura de Paintball.
Aun estando frente a él, es preferible continuar por la ladera hasta alcanzar un marcado sendero que se dirige hacia la cresta de la sierra.
El sendero asciende directamente hacia una estructura que aparenta ser un aljibe, sobre el cual se tienen estas vistas del Portitxol de Montfort.
Pero observándolo detenidamente, pronto se descubre una trinchera por la que se accede al interior del Bunker 3.
En la pared del fondo de la trinchera aparece una pequeña tronera, en esta ocasión de tipo embudo invertido, desde donde un solo hombre podía fácilmente defender con un fusil ametrallador la entrada al bunker.
Al igual que el Bunker 2, situado al otro lado de la autovía A-31, en esta ocasión se trata de una solida construcción cuadrangular compuesta de tres estancias.
La primera a la que se accede es una sala que ocupa medio bunker, en la que solo destaca un banco corrido de obra en todo su perímetro y la tronera abierta hacia la trinchera de entrada.
En la pared de la derecha se abre una entrada a otras dos estancias separadas por un muro, en cada una de las cuales se abre tan solo una tronera de tipo embudo.
Bajo ellas una plataforma elevada serviría para colocar alguna ametralladora o incluso pieza pequeña de artillería, ya que las troneras se abren hacia el sencillo camino que en aquellos momentos rebasaría este puerto de montaña.
Este bunker cruzaría el fuego con el Bunker 2, que situado al otro lado, tiene una disposición enfrentada con este, con la única diferencia que su tronera de autodefensa está en un lateral de la trinchera de entrada, no al frente como en este.
Según parece, entre estos dos bunkers existiría otro que desapareció con la construcción de la autovía.
Ahora sí que hay que dirigirse hacia la base del Toro de Osborne.
Después de disfrutar de su impresionante tamaño, se inicia el regreso por el mismo sendero, que recorre durante unos metros la cresta de la sierra.
Vista hacia atrás.
El sendero desciende hacia una pista forestal y se descubren al frente dos nuevos bunkers.
El primero que aparece es el Bunker 4, aunque más bien se trata de una garita, ya que tan solo consta de un pequeño habitáculo para un solo hombre, donde se abren tres pequeñas troneras de tipo embudo invertido, hacia un pequeño barranco.
Se prosigue la ruta por la pista forestal y a los pocos metros aparece el siguiente bunker.
Este Bunker 5 consta de tan solo una estancia con una estructura elevada de obra, donde instalar una ametralladora móvil para hacer fuego por alguna de las tres troneras de tipo embudo, existentes en el frontal.
Como curiosidad indicar que en el exterior, pegado al bunker existe un puesto de caza para perdiz con reclamo.
Se continúa por la pista forestal que va ascendiendo lentamente hasta llegar a un collado, en el que hay unos bancales y a la izquierda aparece una desviación que sube hasta una antigua cantera, que tal vez sea la que le ha dado su nombre a este paraje.
La pista forestal inicia un descenso y llega a un cruce por el que se continúa hacia la derecha, pasando frente a la caseta de cazadores de este coto.
Se regresa nuevamente a la carretera CV-847 y se cruza, pero en esta ocasión se prosigue por la pista forestal que sale hacia la izquierda.
Imagen del retorno hacia les Llomes de la Canyada.
Se llega a un primer cruce de caminos en que se sigue por la opción de la izquierda.
Como se ve en el mapa, si se gira a la derecha se puede acortar la ruta.
Siguiendo la pista forestal se llega a otro de los puntos interesantes de esta ruta.
Se trata del paraje llamado Els Caballons, curiosa formación geológica en la que destacan sobre el terreno una serie de crestas paralelas que se extienden hacia el Este desde esta sierra, alguna de ellas más de 4 kilómetros con algunas interrupciones.
Desde aquí no se aprecia mucho el efecto de gigantesco campo arado, pero desde la lejanía el efecto en muy curioso, por lo que a nivel popular se le conoce como Serra dels Caballons.
Destaca sobre una de las crestas una pequeña caseta sin aparente sentido, aunque lo más probable es que se trate de algo relacionado con una antigua línea de baja tensión que pasaba por aquí, de la que tan solo queda un poste de madera derribado y algún trozo de cableado.
Imagen de la caseta.
Vista de Els Caballons desde el satélite.
Como se ve en el mapa, hay infinidad de caminos que recorren esta zona, por lo que las opciones son muy variadas.
En esta ocasión se gira a la derecha al llegar a la primera bifurcación y se inicia el ascenso hacia el interior de les Llomes de la Canyada.
Imagen desde la parte superior de las lomas hacia la Sierra del Tabayá.
Ahora se inicia el descenso hacia la parte interior de la sierra.
En el interior hay una serie de bancales abandonados junto a los que pasa el camino de tierra que se recorre.
Se llega al camino de tierra principal que abandona la sierra.
A la izquierda del camino existe un pozo con agua.
Este camino de tierra pasa junto a una caseta de distribución de la Sociedad Agraria de Transformación San Pascual, ya que por aquí pasa una conducción de agua administrada por dicha asociación de agricultores.
Lo que pasa es que la entrada se encuentra cerrada por una puerta metálica, por lo que hay que continuar hacia la derecha, frente a la caseta.
Este camino de tierra lleva directamente hasta el punto donde se dejó el coche.
Ruta de 12,18 Km realizada en 210' el 13/09/2013
No existe una solución de continuidad entre ambas sierras, ya que al Sur se encuentran separadas por La Cañada, un collado que se abre al paraje de La Font del Llop, donde se ha construido un campo de golf.
En el otro extremo, también frente a un campo de golf, corta el paso hacia la Serra de San Pascual otro collado convertido en puerto de montaña, aunque siquiera llega a los 300 metros de altura, llamado El Portitxol de Montfort.
Ahora lo cruza la autovía A-31, aunque siempre ha sido la principal vía de comunicación de Alicante con el interior de la península y prueba de ello es la existencia de la denominada Línea defensiva del Portichol, una concatenación de al menos 8 bunkers de distintos tamaños y orientaciones con la intención de proteger este puerto durante la Guerra Civil.
También se puede observar que los número 2 y 7 quedan fuera de la ruta descrita, por lo que no se documentarán visualmente con tanto detalle como los demás, e incluso la fotografía de bunker 7 está cogida de internet.
Esta Línea defensiva es, junto con la Línea defensiva del Clot de Galvany, las dos agrupaciones de bunkers más importantes de la provincia de Alicante, aunque nunca llegaron a utilizarse.
En territorio de Alicante no llegaron a producirse nunca importantes combates cuerpo a cuerpo, ya que su función durante la Guerra Civil fue la de retaguardia del bando republicano, donde se desplazaban los refugiados de otras provincias del interior, especialmente hacia Alicante capital, donde se concentraron los sí frecuentes bombardeos aéreos sobre algunos núcleos de población de la provincia.
Por ello en Alicante, que fue una de las últimas ciudades en caer en manos franquistas, existen infinidad de refugios subterráneos y las baterías antiaéreas fueron situadas especialmente sobre la línea de la costa, desde donde llegaban en su inmensa mayoría los ataques de la aviación fascista que llegaba desde Mallorca.
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Mapa ruta nº 160 El Portitxol de Montfort
Mapa ruta nº 160 El Portitxol de Montfort
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Descripción de la ruta
En la carretera que circunda el Camp de Golf Font del Llop Resort, se puede dejar el coche sin ningún problema.Descripción de la ruta
Se sigue la ruta descendiendo hacia la izquierda entre pinos de buen tamaño.
Se prosigue la ruta por el camino de tierra que sigue hacia la derecha pegado a los bancales.
Como ha sido evidente durante el recorrido, se ha cruzado un coto privado de caza vallado, pero al llegar a la carretera aparece una puerta permanentemente abierta.
Al cruzar al otro lado de la carretera, con mucha precaución ya que la visibilidad es reducida, empieza otra pista forestal cerrada con una cadena, advirtiendo de la existencia de un coto privado de caza, pero prohibiendo específicamente el paso a ciclistas.
Como es evidente no hay que pasar de ninguna de las maneras en temporada de caza.
Se cruza la cadena y se continúa la ruta por el ramal de la izquierda de la pista forestal.
Única uva embolsada con Denominación de Origen que la hace igualmente inconfundible por su maduración, protegida de agentes externos por una bolsa de papel abierta tan solo en su parte inferior.
Está menos utilizada que la anterior, por lo que la vegetación la cubre más profusamente.
Se dirige hacia un collado, rebajado y ampliado con maquinaria pesada para lograr el paso de esta pista forestal.
Lo que sí que varía es la entrada, que se debe adaptar al terreno circundante.
En este caso debió producirse algún error de diseño, ya que como se ve en las marcas de las paredes, en caso de lluvias torrenciales, este bunker se inunda de agua hasta que rebosa por las troneras.
Según el mapa vendría muy bien continuar por un camino de tierra que discurre por la falda de la sierra, pegado a los bancales.
Pero al llegar se descubre que la finca está vallada, por lo que hay que seguir campo a través por la ladera.
Además no hay pérdida posible, ya que el próximo objetivo es claramente visible, el Toro de Osborne.
Como se ve, aparte de alguna pintada a mano, parece que ha sido acribillado con bolas de pintura de Paintball.
Aun estando frente a él, es preferible continuar por la ladera hasta alcanzar un marcado sendero que se dirige hacia la cresta de la sierra.
En la pared del fondo de la trinchera aparece una pequeña tronera, en esta ocasión de tipo embudo invertido, desde donde un solo hombre podía fácilmente defender con un fusil ametrallador la entrada al bunker.
La primera a la que se accede es una sala que ocupa medio bunker, en la que solo destaca un banco corrido de obra en todo su perímetro y la tronera abierta hacia la trinchera de entrada.
En la pared de la derecha se abre una entrada a otras dos estancias separadas por un muro, en cada una de las cuales se abre tan solo una tronera de tipo embudo.
Bajo ellas una plataforma elevada serviría para colocar alguna ametralladora o incluso pieza pequeña de artillería, ya que las troneras se abren hacia el sencillo camino que en aquellos momentos rebasaría este puerto de montaña.
Este bunker cruzaría el fuego con el Bunker 2, que situado al otro lado, tiene una disposición enfrentada con este, con la única diferencia que su tronera de autodefensa está en un lateral de la trinchera de entrada, no al frente como en este.
Según parece, entre estos dos bunkers existiría otro que desapareció con la construcción de la autovía.
Después de disfrutar de su impresionante tamaño, se inicia el regreso por el mismo sendero, que recorre durante unos metros la cresta de la sierra.
Como curiosidad indicar que en el exterior, pegado al bunker existe un puesto de caza para perdiz con reclamo.
Como se ve en el mapa, si se gira a la derecha se puede acortar la ruta.
Se trata del paraje llamado Els Caballons, curiosa formación geológica en la que destacan sobre el terreno una serie de crestas paralelas que se extienden hacia el Este desde esta sierra, alguna de ellas más de 4 kilómetros con algunas interrupciones.
Desde aquí no se aprecia mucho el efecto de gigantesco campo arado, pero desde la lejanía el efecto en muy curioso, por lo que a nivel popular se le conoce como Serra dels Caballons.
Destaca sobre una de las crestas una pequeña caseta sin aparente sentido, aunque lo más probable es que se trate de algo relacionado con una antigua línea de baja tensión que pasaba por aquí, de la que tan solo queda un poste de madera derribado y algún trozo de cableado.
En esta ocasión se gira a la derecha al llegar a la primera bifurcación y se inicia el ascenso hacia el interior de les Llomes de la Canyada.
Lo que pasa es que la entrada se encuentra cerrada por una puerta metálica, por lo que hay que continuar hacia la derecha, frente a la caseta.
Este camino de tierra lleva directamente hasta el punto donde se dejó el coche.
Ruta de 12,18 Km realizada en 210' el 13/09/2013
