La Serra del Penyal o Serra del Penyó como también se le conoce, cierra por su parte Sur el Vall de Laguar, situado en plena comarca de la Marina Alta, al Norte de la Provincia de Alicante.
Se trata de una sierra histórica en la crónica del destierro de los moriscos de esta zona, ya que tras la publicación del decreto de expulsión por Felipe III en Septiembre del 1609, la gran mayoría de los moriscos de las comarcas colindantes se reunieron en el Vall de Laguar para revelarse contra la decisión del Rey e intentar seguir con su vida en unas tierras que habían trabajado durante muchas generaciones.
Aunque en un número muy superior al ejercito de unos 5.000 soldados enviados por Felipe III para sofocar la revuelta, los 17.000 moriscos concentrados en este valle, agricultores y ganaderos en su mayoría y sin un armamento adecuado, no fueron rival para enfrentarse a los profesionales y bien armados soldados pertenecientes a lo que era la unidad de élite de los tercios de Nápoles y Sicilia.
Tras unos días de cruentos enfrentamientos en los que las bajas entre los sublevados se contaban por miles, el resto buscó refugio en las peñas situadas en el extremo Oriental de la Serra del Penyal. Donde creían, en un último atisbo de esperanza, que un legendario caballo verde aparecería para salvarlos. De ahí que desde entonces este extremo de la sierra se le conozca como el Cavall Verd.
Sin ningún tipo de víveres, tan solo pudieron resistir el asedio unos días hasta que finalmente se rindieron. Tras el fin de esta revuelta, todos los moriscos fueron conducidos como prisioneros hasta los puertos de Dénia y Xábia, desde donde fueron definitivamente expulsados de estas tierras hacia un futuro incierto y desconocido para ellos en el Norte de África, concretamente al puerto de Orán.
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Se inicia la ruta recorriendo las callejuelas de Benimaurell, siguiendo algunas marcas e indicaciones de la PRV-181, abandonando el pueblo por un camino encementado que sube hacia los bancales superiores y algunas viviendas.
Frente a la entrada de un chalet se encuentra una bifurcación en la que aparece a la derecha un sendero, por el que se regresará posteriormente, perteneciente a la PRV-181.
Pero ahora se sigue subiendo por el camino encementado durante unos metros más, hasta que aparece a la izquierda un camino de tierra poco utilizado, dejando la PRV.
El camino de tierra, que es de servicio a los bancales de almendros, finalmente termina y se continúa por un sendero visible.
El sendero va subiendo poco a poco y sin ninguna dificultad.
Ahora se llega a un punto un poco comprometido, ya que el sendero termina junto a una vivienda rústica de nueva construcción y no hay más remedio que pasar por delante, a no ser que se siga ascendiendo por los bancales y se rodee la casa por la parte superior, ya que la ruta continúa por el largo camino de acceso a ella.
Este camino de tierra también llega hasta algunos bancales y tiene unas vistas espectaculares sobre la cara Norte de la Serra del Penyal.
El camino finalmente enlaza con otro asfaltado por el que también discurre la PRV-181.
Aunque el camino seguido anteriormente no se encuentra cerrado por ninguna cadena o similar, existe una marca de fuera de PRV, cosa evidente, pero también hay un cartel que advierte de que se pasa por una zona de adiestramiento de perros. Durante el transcurso de este tramo de ruta no se ha visto ni oído ningún perro, ni se ha visto ningún tipo de granja, pero queda dicha la advertencia para quien quiera hacer esta ruta.
El camino asfaltado pasa junto a la zona de descanso de la Font del Penyó.
Detalle de la fuente y la zona.
Se sigue por el camino asfaltado y aparece al frente el Penyó Roig.
Se llega a un cruce y se prosigue hacia la izquierda.
A los pocos metros y antes de alcanzar unos bancales a la izquierda, aparece un sendero que sirve de atajo, descendiendo pegado a los bancales hasta enlazar nuevamente, más abajo, con el mismo camino asfaltado.
Se continúa hacia la izquierda, siguiendo las marcas blancas-amarillas de la PRV-181.
Se pasa junto a la balsa que recoge el agua del pequeño nacimiento de la Font del Poll.
Como se ve en el mapa, un poco más adelante aparece una bifurcación en dos caminos que posteriormente se volverán a unir.
Aunque ambos recorridos son muy similares, en esta ocasión se ha elegido la opción de la derecha al preferir el camino encementado al asfaltado, abandonando nuevamente la PRV-181.
Tras unirse se sigue descendiendo hasta conectar con la carretera que une Fleix y Campell con Murla.
Una vez en ella, se gira a la derecha en dirección a Murla.
Hasta llegar a la primera curva cerrada a la izquierda, donde aparece al frente una pista forestal que gira junto a un vallado y es por donde se continúa con esta ruta.
Desde aquí aparenta mayor altura El Corbellot (764 m.), en el centro, que el Penyó Roig (792 m.), a la derecha.
La pista forestal circula sin ningún problema bajo Les Penyetes de Bou, pasando por zonas más salvajes, junto a bancales y alguna caseta agrícola.
Se pasa junto a una edificación rural algo mayor y en un aceptable estado de conservación.
A partir de ese punto se prosigue por un sendero perfectamente claro entre esta parte cubierta de bosque.
Nuevamente se alcanzan unos bancales abandonados y a través de ellos se sigue por el camino de acceso hasta salir nuevamente, pasando frente a un chalet, a la carretera hacia Murla abandonada anteriormente y conocido como Camí Vell de la Vall de Laguar.
Se circula por él menos de 200 metros, cuando en una curva cerrada a la izquierda, aparece al frente una pista forestal encementada que lleva hasta la Ermita de Sant Sebastià.
Se llega a la parte posterior de la ermita, rodeada por una baranda de madera.
Está situada en el extremo Oriental de la Serra del Penyal, en la parte baja de la ladera del Cavall Verd y rodeada de una de las pocas pinadas que aún quedan en esta sierra.
Se trata de un edificio muy simple recientemente restaurado con la colaboración, en mano de obra, de los vecinos de Murla y en material, también mediante colecta.
Aprovechando la restauración se le añadió la espadaña frontal, donde voltea una campana cedida por la parroquia de San Juan del Mercado de Valencia.
Aunque la primera documentación aparece en el siglo XVI, se piensa que su origen se encuentra en el siglo XIV, con la aparición de la terrible peste negra, a la que los cristianos erigieron a San Sebastián como protector. Por ello se construyeron ermitas en lugares altos y elevados sobre la población, para intentar rezar en ellas a salvo de la peste.
Frente a la única entrada existe una pequeña explanada con unos bancos y un aljibe, junto al que se inicia un sendero, balizado con marcas blancas-amarillas al tratarse de la PRV-426. En un principio hasta una cruz de hierro, pero llega hasta la cima del Penyó Roig.
En un primer tramo asciende fácilmente y sin perdida entre el pinar.
Pero cuando lo abandona, la senda prácticamente desaparece en el cordal del Cavall Verd.
Aunque hay suficientes marcas blancas-amarillas para seguir el trazado más adecuado, es posible despistarse en algún momento. Pero no hay pérdida posible, ya que el objetivo es subir siguiendo el cordal de la sierra.
Al llegar a la Penya del Migdia aparece un poste informativo que marca a la izquierda la situación de la Cruz de Hierro y al frente la cima del Penyó Roig.
Si nos dirigimos a la izquierda, a poca distancia aparece la conocida en Murla como La Creueta.
Como en muchos lugares de nuestra provincia, desde hace muchísimos años era costumbre cristiana erigir en un punto emblemático o estratégico del término municipal una cruz de madera como protección de todos los posibles males.
Con el tiempo había que reemplazarla, ya que la madera no resiste mucho tiempo a las inclemencias del tiempo.
La Guerra Civil supuso un punto de inflexión para muchas de ellas, ya que la mayoría fueron destruidas y como en este caso repuestas posteriormente (1952), normalmente por el apoyo popular, por una de hierro, mucho más perdurable en el tiempo.
A la derecha de la imagen, aparece escondido tras la malla de protección de obra, el nuevo campanario de Murla, en sustitución del antiguo adosado a la Iglesia de Sant Miquel Arcàngel, que se desplomó trágicamente en 1990 al morir bajo sus piedras dos mujeres que vivían en una casa aledaña.
De estilo modernista y con 36 metros de altura ya debería estar terminado, pero como pasa con muchas de las licitaciones de hoy en día, los problemas de la constructora ralentizan los trabajos hasta el punto de estar paralizados, sin saber a ciencia cierta cuándo se podrán terminar.
Detalle de La Creueta de Murla.
Tras la visita se regresa al cruce y se sigue ascendiendo sobre el cordal del Cavall Verd.
Vista hacia la derecha mientras se asciende, destacando una cierta masa boscosa que rodea el Sanatorio de Fontilles en el centro de la imagen y también resalta algún tramo del muro que lo rodea.
La zona de El Corbellot aparenta impracticable, pero el sentido común y las marcas llevan sin problemas a la cima.
Imagen desde la cima de El Corbellot hacia el Penyó Roig.
Las marcas de la PRV-426 guían la subida al Penyó Roig por su cara Sur.
Pero en esta ocasión se va ha subir por su cara Norte. Para ello hay que dejar las marcas al llegar frente a la mole del Penyó y subir por donde se pueda hacia el collado de la derecha.
Una vez en el collado se empieza a rodear unas paredes verticales hasta que aparece un tramo asequible aún sin material de escalada, pero por seguridad se encuentra acondicionado con cuerdas fijas.
Una vez superado este tramo algo más comprometido, que precisa un cierto nivel de agilidad y costumbre o ir acompañado por gente experimentada, el resto de la subida hasta la cima del Penyó Roig no presenta ninguna dificultad destacable.
Imagen hacia el Sur desde la cima del Penyó Roig, con la población de Benigembla al fondo, tras ella la Serra de Ses Cordelleres y la Penya del Pla con la cima del Cocoll.
Hacia la izquierda aparece la Serra del Carrascal del Parcent.
Imagen hacia el Norte desde la cima del Penyó Roig. En esta ocasión se distinguen las poblaciones de Benimaurell, Fleix, Campell y Fontilles, que juntas forman el municipio del Vall de Laguar.
Tras ellas la Serra del Migdia y a la izquierda la Serra d’Ebo.
Ahora corresponde la imagen hacia el Oeste, por donde continúa esta ruta siguiendo la cresta de la Serra del Penyal o del Penyó.
Una vez disfrutado de las vistas se inicia en descenso hacia el Sur, siguiendo las marcas blancas-amarillas de la PRV-426.
Se sigue descendiendo hasta llegar a un punto en el que las marcas giran a la izquierda, para rodear la base del Penyó Roig y retornar hasta la Ermita de Sant Sebastià.
En este mismo punto hay que fijarse a la derecha en una serie de hitos de piedra que guían por una ladera aparentemente abrupta, pero sin excesiva dificultad si se siguen los numerosos montones de piedras.
Esta serie de hitos de piedra llevan hasta una bajada bastante vertical pero asegurada con cuerda fija y un par de grapas.
Una vez descendido hay que dirigirse hacia el collado por donde se pueda.
Al llegar al collado aparece el sendero correspondiente a la PRV-181, por el que se prosigue la ruta siguiendo la cresta de la sierra hacia el Oeste.
Vista hacia atrás sobre el Penyó Roig.
A partir de ahora la ruta apenas tiene ninguna dificultad técnica, tan solo se trata de seguir la senda donde es visible y si no lo es, las marcas de la PRV, aunque si en algún momento se pierden tampoco pasa nada, ya que como el objetivo es seguir la cresta de la sierra mientras sea posible, tarde o temprano se volverán a localizar.
Aparecen los restos de algún tipo de caseta metálica.
Otra imagen de la cresta de la Serra del Penyal.
Detalle de un punto algo complicado que ha sido asegurado con una cuerda fija y una grapa.
Hay algún tramo espectacular con cierta dificultad, pero andando con precaución, como siempre, no debe haber ningún problema.
Se llega a un punto en el que la senda se bifurca en dos opciones reflejadas en la PRV-181. Si se anda escaso de tiempo o fuerzas, es el momento de acortar la ruta descendiendo hacia la derecha directamente hacia Benimaurell.
Si no es así, se continúa esta ruta por la cresta de la sierra, como anteriormente, siguiendo las marcas de la otra opción de la PRV-181.
Vista de la cresta, por la que se circula siguiendo las marcas, unas veces por arriba y otras por una de las laderas, dependiendo del mejor trazado.
Antes de alcanzar la Penya Alta (851 m.) el sendero deja la cresta y empieza a descender hacia la izquierda, hacia la cara Sur.
Se adentra en otra de las pocas zonas que hay en esta cara de La Solana con pinar, en esta ocasión reforestado.
Al llegar al collado aparece una nueva bifurcación de la PRV-181 que da la opción de llegar hasta el Coll de Garga, pero en esta ocasión se gira a la derecha para iniciar el regreso hacia Benimaurell.
El sendero inicia el descenso hacia el Norte por la cara de la umbría, cubierta en esta zona por infinidad de bancales plantados de almendros y escalonados con muros de piedra prodigiosamente trabajados.
Detalle algunos de los numerosos muros de piedra.
El sendero conecta con el camino de acceso a los bancales y siguiendo las marcas blancas-amarillas lleva frente a un chalet junto al que pasa la PRV-181 y mediante otro sendero desciende hasta el camino asfaltado que llega a Benimaurell.
Esta es al menos en teoría la ruta a seguir, pero en esta ocasión habían dos o tres perros ladrando como locos en el chalet, por lo que para evitar molestar se sigue descendiendo por el camino de acceso hasta dicho camino asfaltado.
Se descienden un poco por el camino asfaltado y se encuentra a la derecha un poste informativo con la bajada del sendero desde el chalet anteriormente comentado.
Unos metros más abajo, en la curva que gira a la izquierda, al frente se inicia el sendero que recorre La Umbría de Benimaurell.
Se trata de un sendero muy interesante de recorrer, por el magnífico entorno, con infinidad de muros y bancales, aunque la mayoría abandonados.
Imagen desde el sendero hacia Benimaurell en primer término y al fondo el Mar Mediterráneo entre la Serra de Segària a la izquierda y la Serra del Montgó a la derecha.
Se sigue sin ninguna dificultad el sendero y se disfruta de las espectaculares vistas de La Umbría de Benimaurell.
Poco a poco va descendiendo hasta llegar al cruce con el camino encementado recorrido al principio de esta ruta y por él se desciende nuevamente hasta Benimaurell.
Ahora ya solo queda recorrer el pueblo en sentido opuesto hasta llegar al coche.
En el mapa está marcado para dejar el coche e iniciar la ruta, el parking de un restaurante donde normalmente hay suficiente espacio para aparcar.
De todas formas, como en esta ocasión, se puede aparcar en la calle que forma la carretera que atraviesa la población.
Ruta de 15,61 Km realizada en 340' el 10/06/2013
Se trata de una sierra histórica en la crónica del destierro de los moriscos de esta zona, ya que tras la publicación del decreto de expulsión por Felipe III en Septiembre del 1609, la gran mayoría de los moriscos de las comarcas colindantes se reunieron en el Vall de Laguar para revelarse contra la decisión del Rey e intentar seguir con su vida en unas tierras que habían trabajado durante muchas generaciones.
Aunque en un número muy superior al ejercito de unos 5.000 soldados enviados por Felipe III para sofocar la revuelta, los 17.000 moriscos concentrados en este valle, agricultores y ganaderos en su mayoría y sin un armamento adecuado, no fueron rival para enfrentarse a los profesionales y bien armados soldados pertenecientes a lo que era la unidad de élite de los tercios de Nápoles y Sicilia.
Tras unos días de cruentos enfrentamientos en los que las bajas entre los sublevados se contaban por miles, el resto buscó refugio en las peñas situadas en el extremo Oriental de la Serra del Penyal. Donde creían, en un último atisbo de esperanza, que un legendario caballo verde aparecería para salvarlos. De ahí que desde entonces este extremo de la sierra se le conozca como el Cavall Verd.
Sin ningún tipo de víveres, tan solo pudieron resistir el asedio unos días hasta que finalmente se rindieron. Tras el fin de esta revuelta, todos los moriscos fueron conducidos como prisioneros hasta los puertos de Dénia y Xábia, desde donde fueron definitivamente expulsados de estas tierras hacia un futuro incierto y desconocido para ellos en el Norte de África, concretamente al puerto de Orán.
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Mapa ruta nº 155 Serra del Penyal
Mapa ruta nº 155 Serra del Penyal
Se inicia la ruta recorriendo las callejuelas de Benimaurell, siguiendo algunas marcas e indicaciones de la PRV-181, abandonando el pueblo por un camino encementado que sube hacia los bancales superiores y algunas viviendas.
Frente a la entrada de un chalet se encuentra una bifurcación en la que aparece a la derecha un sendero, por el que se regresará posteriormente, perteneciente a la PRV-181.
Pero ahora se sigue subiendo por el camino encementado durante unos metros más, hasta que aparece a la izquierda un camino de tierra poco utilizado, dejando la PRV.
El camino de tierra, que es de servicio a los bancales de almendros, finalmente termina y se continúa por un sendero visible.
El sendero va subiendo poco a poco y sin ninguna dificultad.
Ahora se llega a un punto un poco comprometido, ya que el sendero termina junto a una vivienda rústica de nueva construcción y no hay más remedio que pasar por delante, a no ser que se siga ascendiendo por los bancales y se rodee la casa por la parte superior, ya que la ruta continúa por el largo camino de acceso a ella.
Este camino de tierra también llega hasta algunos bancales y tiene unas vistas espectaculares sobre la cara Norte de la Serra del Penyal.
El camino finalmente enlaza con otro asfaltado por el que también discurre la PRV-181.
Aunque el camino seguido anteriormente no se encuentra cerrado por ninguna cadena o similar, existe una marca de fuera de PRV, cosa evidente, pero también hay un cartel que advierte de que se pasa por una zona de adiestramiento de perros. Durante el transcurso de este tramo de ruta no se ha visto ni oído ningún perro, ni se ha visto ningún tipo de granja, pero queda dicha la advertencia para quien quiera hacer esta ruta.
El camino asfaltado pasa junto a la zona de descanso de la Font del Penyó.
Detalle de la fuente y la zona.
Se sigue por el camino asfaltado y aparece al frente el Penyó Roig.
Se llega a un cruce y se prosigue hacia la izquierda.
A los pocos metros y antes de alcanzar unos bancales a la izquierda, aparece un sendero que sirve de atajo, descendiendo pegado a los bancales hasta enlazar nuevamente, más abajo, con el mismo camino asfaltado.
Se continúa hacia la izquierda, siguiendo las marcas blancas-amarillas de la PRV-181.
Se pasa junto a la balsa que recoge el agua del pequeño nacimiento de la Font del Poll.
Como se ve en el mapa, un poco más adelante aparece una bifurcación en dos caminos que posteriormente se volverán a unir.
Aunque ambos recorridos son muy similares, en esta ocasión se ha elegido la opción de la derecha al preferir el camino encementado al asfaltado, abandonando nuevamente la PRV-181.
Tras unirse se sigue descendiendo hasta conectar con la carretera que une Fleix y Campell con Murla.
Una vez en ella, se gira a la derecha en dirección a Murla.
Hasta llegar a la primera curva cerrada a la izquierda, donde aparece al frente una pista forestal que gira junto a un vallado y es por donde se continúa con esta ruta.
Desde aquí aparenta mayor altura El Corbellot (764 m.), en el centro, que el Penyó Roig (792 m.), a la derecha.
La pista forestal circula sin ningún problema bajo Les Penyetes de Bou, pasando por zonas más salvajes, junto a bancales y alguna caseta agrícola.
Se pasa junto a una edificación rural algo mayor y en un aceptable estado de conservación.
A partir de ese punto se prosigue por un sendero perfectamente claro entre esta parte cubierta de bosque.
Nuevamente se alcanzan unos bancales abandonados y a través de ellos se sigue por el camino de acceso hasta salir nuevamente, pasando frente a un chalet, a la carretera hacia Murla abandonada anteriormente y conocido como Camí Vell de la Vall de Laguar.
Se circula por él menos de 200 metros, cuando en una curva cerrada a la izquierda, aparece al frente una pista forestal encementada que lleva hasta la Ermita de Sant Sebastià.
Se llega a la parte posterior de la ermita, rodeada por una baranda de madera.
Está situada en el extremo Oriental de la Serra del Penyal, en la parte baja de la ladera del Cavall Verd y rodeada de una de las pocas pinadas que aún quedan en esta sierra.
Se trata de un edificio muy simple recientemente restaurado con la colaboración, en mano de obra, de los vecinos de Murla y en material, también mediante colecta.
Aprovechando la restauración se le añadió la espadaña frontal, donde voltea una campana cedida por la parroquia de San Juan del Mercado de Valencia.
Aunque la primera documentación aparece en el siglo XVI, se piensa que su origen se encuentra en el siglo XIV, con la aparición de la terrible peste negra, a la que los cristianos erigieron a San Sebastián como protector. Por ello se construyeron ermitas en lugares altos y elevados sobre la población, para intentar rezar en ellas a salvo de la peste.
Frente a la única entrada existe una pequeña explanada con unos bancos y un aljibe, junto al que se inicia un sendero, balizado con marcas blancas-amarillas al tratarse de la PRV-426. En un principio hasta una cruz de hierro, pero llega hasta la cima del Penyó Roig.
En un primer tramo asciende fácilmente y sin perdida entre el pinar.
Pero cuando lo abandona, la senda prácticamente desaparece en el cordal del Cavall Verd.
Aunque hay suficientes marcas blancas-amarillas para seguir el trazado más adecuado, es posible despistarse en algún momento. Pero no hay pérdida posible, ya que el objetivo es subir siguiendo el cordal de la sierra.
Al llegar a la Penya del Migdia aparece un poste informativo que marca a la izquierda la situación de la Cruz de Hierro y al frente la cima del Penyó Roig.
Si nos dirigimos a la izquierda, a poca distancia aparece la conocida en Murla como La Creueta.
Como en muchos lugares de nuestra provincia, desde hace muchísimos años era costumbre cristiana erigir en un punto emblemático o estratégico del término municipal una cruz de madera como protección de todos los posibles males.
Con el tiempo había que reemplazarla, ya que la madera no resiste mucho tiempo a las inclemencias del tiempo.
La Guerra Civil supuso un punto de inflexión para muchas de ellas, ya que la mayoría fueron destruidas y como en este caso repuestas posteriormente (1952), normalmente por el apoyo popular, por una de hierro, mucho más perdurable en el tiempo.
A la derecha de la imagen, aparece escondido tras la malla de protección de obra, el nuevo campanario de Murla, en sustitución del antiguo adosado a la Iglesia de Sant Miquel Arcàngel, que se desplomó trágicamente en 1990 al morir bajo sus piedras dos mujeres que vivían en una casa aledaña.
De estilo modernista y con 36 metros de altura ya debería estar terminado, pero como pasa con muchas de las licitaciones de hoy en día, los problemas de la constructora ralentizan los trabajos hasta el punto de estar paralizados, sin saber a ciencia cierta cuándo se podrán terminar.
Detalle de La Creueta de Murla.
Tras la visita se regresa al cruce y se sigue ascendiendo sobre el cordal del Cavall Verd.
Vista hacia la derecha mientras se asciende, destacando una cierta masa boscosa que rodea el Sanatorio de Fontilles en el centro de la imagen y también resalta algún tramo del muro que lo rodea.
La zona de El Corbellot aparenta impracticable, pero el sentido común y las marcas llevan sin problemas a la cima.
Imagen desde la cima de El Corbellot hacia el Penyó Roig.
Las marcas de la PRV-426 guían la subida al Penyó Roig por su cara Sur.
Pero en esta ocasión se va ha subir por su cara Norte. Para ello hay que dejar las marcas al llegar frente a la mole del Penyó y subir por donde se pueda hacia el collado de la derecha.
Una vez en el collado se empieza a rodear unas paredes verticales hasta que aparece un tramo asequible aún sin material de escalada, pero por seguridad se encuentra acondicionado con cuerdas fijas.
Una vez superado este tramo algo más comprometido, que precisa un cierto nivel de agilidad y costumbre o ir acompañado por gente experimentada, el resto de la subida hasta la cima del Penyó Roig no presenta ninguna dificultad destacable.
Imagen hacia el Sur desde la cima del Penyó Roig, con la población de Benigembla al fondo, tras ella la Serra de Ses Cordelleres y la Penya del Pla con la cima del Cocoll.
Hacia la izquierda aparece la Serra del Carrascal del Parcent.
Imagen hacia el Norte desde la cima del Penyó Roig. En esta ocasión se distinguen las poblaciones de Benimaurell, Fleix, Campell y Fontilles, que juntas forman el municipio del Vall de Laguar.
Tras ellas la Serra del Migdia y a la izquierda la Serra d’Ebo.
Ahora corresponde la imagen hacia el Oeste, por donde continúa esta ruta siguiendo la cresta de la Serra del Penyal o del Penyó.
Una vez disfrutado de las vistas se inicia en descenso hacia el Sur, siguiendo las marcas blancas-amarillas de la PRV-426.
Se sigue descendiendo hasta llegar a un punto en el que las marcas giran a la izquierda, para rodear la base del Penyó Roig y retornar hasta la Ermita de Sant Sebastià.
En este mismo punto hay que fijarse a la derecha en una serie de hitos de piedra que guían por una ladera aparentemente abrupta, pero sin excesiva dificultad si se siguen los numerosos montones de piedras.
Esta serie de hitos de piedra llevan hasta una bajada bastante vertical pero asegurada con cuerda fija y un par de grapas.
Una vez descendido hay que dirigirse hacia el collado por donde se pueda.
Al llegar al collado aparece el sendero correspondiente a la PRV-181, por el que se prosigue la ruta siguiendo la cresta de la sierra hacia el Oeste.
Vista hacia atrás sobre el Penyó Roig.
A partir de ahora la ruta apenas tiene ninguna dificultad técnica, tan solo se trata de seguir la senda donde es visible y si no lo es, las marcas de la PRV, aunque si en algún momento se pierden tampoco pasa nada, ya que como el objetivo es seguir la cresta de la sierra mientras sea posible, tarde o temprano se volverán a localizar.
Aparecen los restos de algún tipo de caseta metálica.
Otra imagen de la cresta de la Serra del Penyal.
Detalle de un punto algo complicado que ha sido asegurado con una cuerda fija y una grapa.
Hay algún tramo espectacular con cierta dificultad, pero andando con precaución, como siempre, no debe haber ningún problema.
Se llega a un punto en el que la senda se bifurca en dos opciones reflejadas en la PRV-181. Si se anda escaso de tiempo o fuerzas, es el momento de acortar la ruta descendiendo hacia la derecha directamente hacia Benimaurell.
Si no es así, se continúa esta ruta por la cresta de la sierra, como anteriormente, siguiendo las marcas de la otra opción de la PRV-181.
Vista de la cresta, por la que se circula siguiendo las marcas, unas veces por arriba y otras por una de las laderas, dependiendo del mejor trazado.
Antes de alcanzar la Penya Alta (851 m.) el sendero deja la cresta y empieza a descender hacia la izquierda, hacia la cara Sur.
Se adentra en otra de las pocas zonas que hay en esta cara de La Solana con pinar, en esta ocasión reforestado.
Al llegar al collado aparece una nueva bifurcación de la PRV-181 que da la opción de llegar hasta el Coll de Garga, pero en esta ocasión se gira a la derecha para iniciar el regreso hacia Benimaurell.
El sendero inicia el descenso hacia el Norte por la cara de la umbría, cubierta en esta zona por infinidad de bancales plantados de almendros y escalonados con muros de piedra prodigiosamente trabajados.
Detalle algunos de los numerosos muros de piedra.
El sendero conecta con el camino de acceso a los bancales y siguiendo las marcas blancas-amarillas lleva frente a un chalet junto al que pasa la PRV-181 y mediante otro sendero desciende hasta el camino asfaltado que llega a Benimaurell.
Esta es al menos en teoría la ruta a seguir, pero en esta ocasión habían dos o tres perros ladrando como locos en el chalet, por lo que para evitar molestar se sigue descendiendo por el camino de acceso hasta dicho camino asfaltado.
Se descienden un poco por el camino asfaltado y se encuentra a la derecha un poste informativo con la bajada del sendero desde el chalet anteriormente comentado.
Unos metros más abajo, en la curva que gira a la izquierda, al frente se inicia el sendero que recorre La Umbría de Benimaurell.
Se trata de un sendero muy interesante de recorrer, por el magnífico entorno, con infinidad de muros y bancales, aunque la mayoría abandonados.
Imagen desde el sendero hacia Benimaurell en primer término y al fondo el Mar Mediterráneo entre la Serra de Segària a la izquierda y la Serra del Montgó a la derecha.
Se sigue sin ninguna dificultad el sendero y se disfruta de las espectaculares vistas de La Umbría de Benimaurell.
Poco a poco va descendiendo hasta llegar al cruce con el camino encementado recorrido al principio de esta ruta y por él se desciende nuevamente hasta Benimaurell.
Ahora ya solo queda recorrer el pueblo en sentido opuesto hasta llegar al coche.
En el mapa está marcado para dejar el coche e iniciar la ruta, el parking de un restaurante donde normalmente hay suficiente espacio para aparcar.
De todas formas, como en esta ocasión, se puede aparcar en la calle que forma la carretera que atraviesa la población.
Ruta de 15,61 Km realizada en 340' el 10/06/2013