Administrativa y políticamente hablando, el Vall de Gallinera es un único ente municipal formado por los núcleos urbanos de Benisili, Llombay, Alpatró, La Carroja, Benitaia, Benissivà, Benialí y Benirrama. Estando ubicado el ayuntamiento en Benialí.
Geográficamente hablando se encuentra situado al Nord-Este de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta.
Recibe su nombre del Riu de Gallinera, que nace en el mismo valle y se dirige hacia el Este en busca del Mar Mediterráneo, aunque como se verá posteriormente, depende bastante de las precipitaciones y normalmente el agua que fluye por su lecho, aparece y desaparece en varias ocasiones.
Como es evidente está encerrado entre dos laderas montañosas que lo hunden casi 400 metros de Oeste a Este.
En la cara Sur, más vertical y rematada prácticamente en su totalidad por espectaculares acantilados, está la Serra de la Foradà. Por su especial orografía, en esta ladera de umbría existen bastantes fuentes, por lo que el agua y la humedad abunda, cosa que propició desde la época musulmana, una importante actividad agrícola, con la construcción de innumerables bancales escalonados por toda la ladera.
Con la expulsión de los moriscos quedó prácticamente despoblado, y al igual que en otros valles del interior de la provincia, se repobló con colonos mallorquines. Estos supieron seguir el trabajo de los anteriores pobladores, llegando hasta nuestros días con una importante producción de frutales, entre los que destaca especialmente las cerezas.
En cambio en la ladera Norte, a cuya entrada del valle se encuentra la Serra de l’Albureca y posteriormente la Serra de l’Almirall o Serra de l’Almirant, la pendiente es menos pronunciada y al tratarse de la cara de la solana, los cultivos tan solo se han desarrollado tímidamente en su base, prácticamente pegados al río.
A diferencia de la umbría, en la que en las partes más inaccesibles sigue cubierta de bosque (excepto trozos arrasados por incendios forestales). En esta cara de la solana, a excepción de la parte más superior, el resto se encuentra cubierto tan solo de monte-bajo y matorral.
Por todo lo interesante que hay por ver, la visita al Vall de Gallinera se ha separado en dos rutas, una para cada una de sus laderas, quedando de todas formas muchas cosas destacables fuera de ellas.
Las dos rutas se inician y terminan en el mismo punto, junto al principio de una pista encementada que desciende hacia el río, donde hay suficiente espacio para dejar el coche.
pincha aquí versión para imprimir ambas rutas
pincha aquí versión satélite WIKILOC de la ruta nº 153
pincha aquí versión satélite WIKILOC de la ruta nº 154
Se baja al cauce del Riu de Gallinera por la pista encementada anteriormente comentada en la introducción y se inicia esta ruta hacia la derecha, siguiendo el seco lecho de la rambla, cubierto de cantos rodados y sin encontrar ninguna dificultad en su recorrido, tan solo una cierta incomodidad al andar sobre las piedras sueltas.
Se llega a un punto en el que aparece agua en el cauce del río, probablemente del caudal subterráneo que se verá desaparecer en el transcurso de la siguiente ruta.
En este punto se une al agua que desciende por un barranco a la derecha, desde la Font de la Mata.
Toda esta agua forma un estanque en este tramo del río y aunque sigue corriendo un cierto caudal por el cauce, este termina por desaparecer entre las piedras del lecho.
Estas circunstancias dependen y pueden variar según la época del año y las precipitaciones de la temporada.
Llegados a este punto hay que abandonar definitivamente el cauce del Riu de Gallinera, siguiendo por la derecha de la bajada del barranco con el agua de la Font de la Mata.
En un principio campo a través, sobre un terreno probablemente embarrado, hasta llegar a un pequeño paso entre el cañaveral del barranco y un trozo de terreno vallado.
Se sale a la carretera y justo al otro lado, a la izquierda del barranco, aparece una pista forestal encementada por la que se prosigue la ruta.
En este mismo punto es donde también tiene su inicio la oficial “Ruta dels 8 Pobles”, con la que se coincide durante un tramo.
Imagen de la cara de la umbría del Vall de Gallinera y en el centro, el collado al que se dirige esta ruta.
Se avanza por la pista forestal y al girar sobre el barranco aparece la Font de la Mata, cuya agua se recoge en una serie de balsas, para posteriormente rebosar sobre el lecho el barranco y descender hasta el río como se ha visto hace un momento.
Se prosigue por el camino asfaltado, coincidiendo por el momento con la “Ruta dels 8 Pobles”.
Un poco más adelante se pasa junto a la Font de Benimarxot.
En esta ocasión se trata de una filtración de agua en el fondo de una pequeña cueva, en cuyo suelo se forma un estanque natural, de cuya agua sobrante desaparece por una canalización subterránea.
Se continúa por el camino asfaltado hasta llegar a una curva a la izquierda, en la que al frente aparecen los restos de un antiguo asentamiento morisco.
En esta misma curva se abandona la ruta oficial y se sigue por un camino encementado que se dirige hacia la montaña.
Pero pronto se abandona este camino que lleva hacia el Castell de Gallinera, no visitado en esta ocasión.
Ahora toca el único tramo algo más “complicado” de este ascenso, ya que no hay un sendero marcado claramente para seguir.
Al llegar a la entrada a unas viviendas a la derecha del camino, hay que seguir por una bajada de agua que desciende junto al muro de la valla.
Posteriormente se continúa ascendiendo por bancales escalonados, buscando hacia la izquierda enlazar, mediante un sendero sí visible, con un camino de tierra.
Imagen desde estos bancales hacia el Vall de Gallinera, teniendo Benirrama en el centro y como se ha comentado anteriormente, una vista de las dos laderas del valle.
A la derecha la cara Norte, la de solana, sin apenas arbolado y con unas formas más suaves.
A la izquierda la cara Sur, la de umbría, casi totalmente cubierta de arbolado y con un remate de acantilados en su parte superior.
Una vez en el camino de tierra, se siguen las indicaciones del mapa para ir avanzando por este laberinto de caminos.
Se pasa junto a algunas viviendas agrícolas, ya que todos estos bancales están plantados de árboles frutales, en su inmensa mayoría cerezos, por lo que como siempre hay que ser muy respetuosos al tratarse de propiedades privadas.
Tras pasar junto a una última vivienda, se dejan atrás los bancales cultivados y la pista forestal se adentra en la franja silvestre de esta ladera.
Hay que ir atentos a la izquierda, donde aparecerá el principio de un sendero realmente espectacular por las vistas que ofrece y la frondosa vegetación que lo rodea.
Sin posibilidad de pérdida y sin ninguna dificultad técnica, el sendero asciende en zigzag por esta ladera hasta llegar al collado superior.
Una vez arriba se tiene al frente al Tossal de la Creu y la cumbre del Xap es una ancha meseta por la que se prosigue por un sendero que se dirige hacia el Sur, pasando junto a un antiguo corral.
El sendero termina en una pista forestal con un asfaltado muy deteriorado. Se continúa la ruta hacia la derecha, por donde aparecerán marcas de la PRV-43.
Se sigue la pista forestal hasta llegar a una vivienda, junto a la que discurre la senda por la que se sigue la ruta, balizada con marcas blancas-amarillas ya que por ella pasa la PRV-43.
La senda avanza sin ninguna dificultad y pasa entre los restos de un antiguo corral.
Desde el corral se continúa por el camino de acceso a una serie de bancales existentes en la zona y llega hasta un camino asfaltado que enlaza el Vall de Gallinera con La Vall d’Alcalà y La Vall d’Ebo.
Aunque la ruta continúa hacia la izquierda, a pocos metros a la derecha se encuentra el Mirador del Xap.
Vistas desde el Mirador del Xap.
Tras la visita al mirador se regresa al camino asfaltado y se sigue durante unos metros, hasta llegar a la curva a la izquierda, desde donde se abandona siguiendo un sendero que aparece al frente.
En un principio es fácil de seguir, pero pronto se empieza a perder entre la maleza, hasta prácticamente ser imposible de localizar. Por lo que hay que seguir campo a través por la cresta de la sierra y avanzar por donde se pueda, ya que terreno está bastante quebrado y es un tanto incómodo para avanzar.
Otra vista desde la cresta de la Serra de la Foradà sobre el Vall de Gallinera.
Imagen hacia la izquierda sobre los bancales de Els Morells.
Al llegar a El Paset, ya aparece un sendero visible que llega por la derecha desde el valle y circula cerca de la cresta, por su cara Sur.
Por toda esta zona aparecen infinidad de pinos secos, derribados por los temporales al estar su madera debilitada por termitas y carcoma.
Toda esta triste estampa es fruto de un terrible incendio que asoló más de 500 hectáreas de esta zona en julio de 2009.
Siguiendo por el sendero, a la altura de la Penya Alta, se pasa junto a otro pequeño corral que esconde en su interior una pequeña sorpresa, ya que existe un túnel que lo comunica con una gran cueva abierta hacia el valle llamada Cova del Moro, pero tapiada totalmente dejando tan solo dos ventanas en el centro a distintas alturas y una pequeña apertura en un lateral probablemente producto de un desprendimiento.
A poca distancia se llega a una bifurcación del sendero, en el que aparece un ramal a la derecha que posteriormente se utilizará para iniciar el regreso. Pero una vez aquí interesa seguir al frente para llegar a la Penya Foradà.
Imagen de la Penya Foradà.
El sendero sigue sin ninguna dificultad, tan solo un tramo algo más empinado al final.
Por fin se llega a este arco natural, donde se produce un curioso efecto de alineación solar, que junto con el del Arc de Santa Llúcia en Penàguila, son los más destacados y conocidos de la provincia de Alicante.
A diferencia del caso del Arc de Santa Llúcia, en el que la alineación solar se produce a mediados de Diciembre y no llega a incidir sobre ningún edificio actual o conocido en concreto, ya que se sitúa a las afueras de Penàguila.
En este caso La Foradà sí crea una alineación solar entre ella y los restos de un antiguo convento franciscano, del que tan solo quedan unos pocos restos entre un grupo de grandes cipreses en la finca privada de l’Hort.
Este hecho ocurre desde 1611, cuando tras la expulsión de los moriscos, se les encargó a los frailes franciscanos construir un convento en el valle. Percatándose de la existencia del arco natural, localizaron el lugar exacto donde el 4 de Octubre, día en el que se celebra su patrón, San Francisco de Asís, inciden los rayos de sol que pasan por el interior de La Foradà.
Esta alineación también se produce el 8 de Marzo.
En esta vista desde Penya Foradà hacia el valle, se aprecia marcado con un círculo, el lugar en el que se encontraba el convento franciscano con el que se produce la alineación solar.
Vista durante el descenso de la Penya Foradà hacia los bancales de la zona alta del Vall d’Alcalà, también cubierto de pinos secos.
Se regresa por la senda al punto antes indicado y se inicia en descenso por un interesante sendero, empedrado en algunos tramos.
Se sigue descendiendo y al llegar bajo los acantilados que se ven al frente en la imagen, se encuentra la Cova i Font d’En Moragues, pequeña filtración de agua que aparece del fondo de la gran hendidura en la base de la pared rocosa y se deposita en un pequeño estanque.
El sendero sigue descendiendo sin ninguna dificultad técnica y termina convirtiéndose en una pista forestal.
Ahora la ruta ya es tan solo un paseo por este laberinto de caminos entre los innumerables bancales de cultivo, por lo que hay que ir atentos a las indicaciones del mapa para no perderse.
Se llega junto al grupo de cipreses antes comentados, en la enorme finca de l’Hort, donde junto a los restos del antiguo convento franciscano hay una fuente y cerca se encuentra el Calvario.
Como curiosidad decir que esta finca está plantada casi en su totalidad de cítricos.
Se abandona el camino que baja hacia Benitaia y se continúa por la pista encementada que aparece a la derecha.
Este camino encementado vuelve a dirigirse hacia la base de los acantilados, pasando por entre magníficos bancales escalonados con piedras de gran tamaño, en esta zona plantados con almendros, algarrobos y olivos.
Luego desciende nuevamente hacia los bancales de cerezos.
También comentar que prácticamente todos los bancales de este Vall de Gallinera están modernizados en cuanto al uso del riego por goteo.
Se llega a un cruce con el camino asfaltado que se dirige hacia La Vall d’Alcalà y La Vall d’Ebo como se ha comentado anteriormente en el Mirador del Xap.
En esta ocasión se prosigue cruzándolo y descendiendo por el camino asfaltado, cerrado al tráfico de vehículos por dos señales de dirección prohibida.
Se sigue por el camino asfaltado hasta llegar a una curva cerrada a la izquierda en la que al frente aparece una vivienda. En este punto hay que continuar descendiendo por un camino de tierra de acceso a unos bancales que aparece junto a la valla de la vivienda.
El camino sigue bajando hasta llegar a unos bancales de olivos aparentemente abandonados, a partir de los cuales se sigue por una senda.
La senda enlaza nuevamente con una pista encementada de acceso a otros bancales cultivados y por ella se llega a otro camino principal.
En esta zona existen pequeños grupos de grandes pinos, lo que permite la existencia de ardillas.
Por este nuevo camino, a tramos asfaltado o encementado, se coincide nuevamente con la “Ruta dels 8 Pobles”.
Se llega a la Font de l’Alcúdia, compuesta por un nacimiento de agua de un caño que se recoge en una pequeña acequia para posteriormente depositarse en una balsa, llena de plantas acuáticas y ranas.
El agua que rebosa de la balsa cruza el camino y en el otro lado se pierde por una gran tubería.
Se continúa por el mismo camino encementado y se pasa junto a otra de las inmensas balsa redondas que existen en esta ladera del valle.
Al dar la curva, al frente se encuentran los restos de otro antiguo asentamiento morisco referenciado como “Despoblat Morisc de l’Alcúdia”.
Vista hacia la Ombría del Xap tras rodear el depósito de agua.
El camino que se está siguiendo llega hasta la misma entrada de Benirrama.
Una vez en el pueblo hay que cruzarlo como se aprecia en el mapa.
Y llegar a un callejón que lo abandona por la parte más baja.
Nada más salir se deja este, por cierto magnífico sendero de bajada, que más adelante se encuentra empedrado, como se vio en el de bajada de la Penya Foradà.
Pero en esta ocasión no interesa seguir, ya que llega a la carretera muy lejos del punto donde se encuentra el coche aparcado.
En cambio se cogerá un atajo girando a la izquierda, por lo que parece un simple camino de acceso a unos bancales.
Pero que a los pocos metros enlaza con otro camino encementado que desciende hasta la carretera, encontrándose el coche a poco más de cien metros hacia la derecha.
Ruta de 18,15 Km realizada en 340' el 03/06/2013
Se desciende por la pista encementada y tras cruzar el lecho del Riu de Gallinera se prosigue la ruta por el camino que continúa por la otra ladera, junto a unos bancales escalonados con muros de piedras.
En esta ladera de la solana, más árida, apenas se ha intentado cultivar y se utilizó más con fines ganaderos. De ahí la existencia de corrales, apenas inexistentes en la cara de la umbría.
En esta parte baja de la ladera, pegados al río, existe algo de arbolado, pero más adelante, a medida que se asciende tan solo queda matorral.
El camino de tierra es el de acceso a una serie de bancales cultivados y al llegar a una curva a la izquierda, se prosigue la ruta por una pequeña pedrera que se dirige hacia la montaña.
Se sigue la pedrera hasta que a la izquierda aparece un sendero por el que se continúa.
Existen una serie de marcas blancas-verdes que guían el trazado a seguir ya que coincide con una ruta local.
El sendero va subiendo entre el matorral, sin excesiva dificultad, tan solo en alguna ocasión se puede perder de vista, por lo que hay que ir atentos a las marcas para no despistarse.
Vista hacia la cara de la umbría del valle, cubierto totalmente de arbolado y rematado por acantilados.
El sendero se dirige hacia el principio de un barranco.
Se pasa junto a las ruinas de otro corral con vivienda.
En el principio del barranco existen una serie de muros escalonados de piedra, pero con unos bancales muy deteriorados, de los que no se sacaría mucho provecho.
Se llega al Pla del Morter y aparece una llanura totalmente cubierta de bastante matorral y arbustos, entre el que serpentea la senda.
Al acercarse junto a un pozo, la senda desaparece y se continúa por el camino de acceso a la casa de campo que hay junto a él.
El camino de tierra llega hasta una ancha y bien acondicionada pista forestal.
Se gira a la izquierda y se sigue ascendiendo. En esta parte más alta de la Serra de l’Almirall aún queda algo de pinar.
Se llega a un cruce y se prosigue por otra pista forestal, también en buenas condiciones, hacia la izquierda.
Una pequeña culebra se calienta sobre la grava de la pista forestal.
Se pasa junto a otro pozo.
Hay algunas casas habitadas, pequeñas edificaciones probablemente de cazadores y restos de antiguas casas de campo.
Al llegar a otro pozo con una robusta cúpula de piedra, aparece a la izquierda frente a él, una bifurcación de la pista forestal por la que se inicia el descenso hacia el río.
Se cruza entre un pequeño pinar y más adelante se despeja el terreno, cubierto como durante el ascenso de monte-bajo y matorral.
En todo este tramo, desde el pozo hasta el Riu de Gallinera, se irán encontrando las marcas blancas-amarillas de la PRV-43.
Vista hacia la Serra de l’Almirant durante el descenso, donde se aprecia la existencia de algo de pinar reforestado.
Otra de las varias viviendas rurales abandonadas junto a las que se pasa.
La pista forestal que se ha estado siguiendo termina en un pequeño bancal, a partir del cual se prosigue por una senda también balizada con las marcas de la PRV-43.
Si bien la pendiente por la pista forestal ha sido muy suave, ahora por la senda se hace algo más pronunciada, con algunos tramos algo desmoronados, pero nada excesivamente complicado digno de mención.
Imagen del Vall de Gallinera desde la LLoma del Rit.
Hay puntos en los que la senda no está nada clara, por lo que hay que ir atentos a las marcas blancas-amarillas.
El sendero llega hasta la base de un par de antenas.
Luego se sigue descendiendo por el camino encementado de acceso a ellas hasta que enlaza con un ancho camino asfaltado.
Una vez en él se gira a la izquierda y se sigue descendiendo hasta llegar al puente sobre el Riu de Gallinera.
Al mirar a la derecha se observa que el río baja con agua, en su mayoría aportes de las distintas fuentes existentes en la ladera Sur del valle.
Ahora se continúa la ruta por un camino de tierra que discurre pegado a la ladera Norte del río y que como se ve, está cortado al paso de vehículos. Para caminantes no hay ningún problema, ya que de hecho por él discurre una ruta local hacia unos abrigos con pinturas rupestres.
A los pocos metros el camino de tierra se aleja del cauce y es el momento para descender hasta el mismo lecho por donde se pueda.
Por aquí fluye el agua lentamente sobre el lecho rocoso.
Es el momento de cruzar en cuanto se pueda al margen derecho.
Un poco más adelante, aparece una bajada de agua procedente de alguna fuente por la derecha, cosa que hace que según el caudal, el terreno esté más o menos embarrado.
Hay que ir pasando de un margen al otro, dependiendo de cómo se vea el terreno para poder avanzar sin muchos problemas.
Finalmente el agua desaparece absorbida por el fondo de la rambla, perdiéndose de vista entre los cantos rodados que la cubren.
A partir de la desaparición del agua, el recorrido por el río no reviste ninguna dificultad técnica, tan solo en las zonas de cantos rodados puede resultar un tanto incómodo para caminar.
En otros tramos el cauce es de roca, con algunas pequeñas pozas, en esta ocasión con agua, aparentemente restos de recientes lluvias.
Tras un recorrido de unos 2300 metros por el lecho del Riu de Gallinera, que puede llevar unos 40 minutos, aparece a la derecha la pista encementada por la que se ha empezado la ruta y al final de la cual se encuentra el coche aparcado.
Ruta de 12,26 Km realizada en 225' el 07/06/2013
Geográficamente hablando se encuentra situado al Nord-Este de la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Alta.
Recibe su nombre del Riu de Gallinera, que nace en el mismo valle y se dirige hacia el Este en busca del Mar Mediterráneo, aunque como se verá posteriormente, depende bastante de las precipitaciones y normalmente el agua que fluye por su lecho, aparece y desaparece en varias ocasiones.
Como es evidente está encerrado entre dos laderas montañosas que lo hunden casi 400 metros de Oeste a Este.
En la cara Sur, más vertical y rematada prácticamente en su totalidad por espectaculares acantilados, está la Serra de la Foradà. Por su especial orografía, en esta ladera de umbría existen bastantes fuentes, por lo que el agua y la humedad abunda, cosa que propició desde la época musulmana, una importante actividad agrícola, con la construcción de innumerables bancales escalonados por toda la ladera.
Con la expulsión de los moriscos quedó prácticamente despoblado, y al igual que en otros valles del interior de la provincia, se repobló con colonos mallorquines. Estos supieron seguir el trabajo de los anteriores pobladores, llegando hasta nuestros días con una importante producción de frutales, entre los que destaca especialmente las cerezas.
En cambio en la ladera Norte, a cuya entrada del valle se encuentra la Serra de l’Albureca y posteriormente la Serra de l’Almirall o Serra de l’Almirant, la pendiente es menos pronunciada y al tratarse de la cara de la solana, los cultivos tan solo se han desarrollado tímidamente en su base, prácticamente pegados al río.
A diferencia de la umbría, en la que en las partes más inaccesibles sigue cubierta de bosque (excepto trozos arrasados por incendios forestales). En esta cara de la solana, a excepción de la parte más superior, el resto se encuentra cubierto tan solo de monte-bajo y matorral.
Por todo lo interesante que hay por ver, la visita al Vall de Gallinera se ha separado en dos rutas, una para cada una de sus laderas, quedando de todas formas muchas cosas destacables fuera de ellas.
Las dos rutas se inician y terminan en el mismo punto, junto al principio de una pista encementada que desciende hacia el río, donde hay suficiente espacio para dejar el coche.
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Mapa ruta nº 153 Serra de la Foradà
Mapa ruta nº 154 Serra de l’Almirall
Mapa ruta nº 153 Serra de la Foradà
Mapa ruta nº 154 Serra de l’Almirall
Se baja al cauce del Riu de Gallinera por la pista encementada anteriormente comentada en la introducción y se inicia esta ruta hacia la derecha, siguiendo el seco lecho de la rambla, cubierto de cantos rodados y sin encontrar ninguna dificultad en su recorrido, tan solo una cierta incomodidad al andar sobre las piedras sueltas.
Se llega a un punto en el que aparece agua en el cauce del río, probablemente del caudal subterráneo que se verá desaparecer en el transcurso de la siguiente ruta.
En este punto se une al agua que desciende por un barranco a la derecha, desde la Font de la Mata.
Toda esta agua forma un estanque en este tramo del río y aunque sigue corriendo un cierto caudal por el cauce, este termina por desaparecer entre las piedras del lecho.
Estas circunstancias dependen y pueden variar según la época del año y las precipitaciones de la temporada.
Llegados a este punto hay que abandonar definitivamente el cauce del Riu de Gallinera, siguiendo por la derecha de la bajada del barranco con el agua de la Font de la Mata.
En un principio campo a través, sobre un terreno probablemente embarrado, hasta llegar a un pequeño paso entre el cañaveral del barranco y un trozo de terreno vallado.
Se sale a la carretera y justo al otro lado, a la izquierda del barranco, aparece una pista forestal encementada por la que se prosigue la ruta.
En este mismo punto es donde también tiene su inicio la oficial “Ruta dels 8 Pobles”, con la que se coincide durante un tramo.
Imagen de la cara de la umbría del Vall de Gallinera y en el centro, el collado al que se dirige esta ruta.
Se avanza por la pista forestal y al girar sobre el barranco aparece la Font de la Mata, cuya agua se recoge en una serie de balsas, para posteriormente rebosar sobre el lecho el barranco y descender hasta el río como se ha visto hace un momento.
Se prosigue por el camino asfaltado, coincidiendo por el momento con la “Ruta dels 8 Pobles”.
Un poco más adelante se pasa junto a la Font de Benimarxot.
En esta ocasión se trata de una filtración de agua en el fondo de una pequeña cueva, en cuyo suelo se forma un estanque natural, de cuya agua sobrante desaparece por una canalización subterránea.
Se continúa por el camino asfaltado hasta llegar a una curva a la izquierda, en la que al frente aparecen los restos de un antiguo asentamiento morisco.
En esta misma curva se abandona la ruta oficial y se sigue por un camino encementado que se dirige hacia la montaña.
Pero pronto se abandona este camino que lleva hacia el Castell de Gallinera, no visitado en esta ocasión.
Ahora toca el único tramo algo más “complicado” de este ascenso, ya que no hay un sendero marcado claramente para seguir.
Al llegar a la entrada a unas viviendas a la derecha del camino, hay que seguir por una bajada de agua que desciende junto al muro de la valla.
Posteriormente se continúa ascendiendo por bancales escalonados, buscando hacia la izquierda enlazar, mediante un sendero sí visible, con un camino de tierra.
Imagen desde estos bancales hacia el Vall de Gallinera, teniendo Benirrama en el centro y como se ha comentado anteriormente, una vista de las dos laderas del valle.
A la derecha la cara Norte, la de solana, sin apenas arbolado y con unas formas más suaves.
A la izquierda la cara Sur, la de umbría, casi totalmente cubierta de arbolado y con un remate de acantilados en su parte superior.
Una vez en el camino de tierra, se siguen las indicaciones del mapa para ir avanzando por este laberinto de caminos.
Se pasa junto a algunas viviendas agrícolas, ya que todos estos bancales están plantados de árboles frutales, en su inmensa mayoría cerezos, por lo que como siempre hay que ser muy respetuosos al tratarse de propiedades privadas.
Tras pasar junto a una última vivienda, se dejan atrás los bancales cultivados y la pista forestal se adentra en la franja silvestre de esta ladera.
Hay que ir atentos a la izquierda, donde aparecerá el principio de un sendero realmente espectacular por las vistas que ofrece y la frondosa vegetación que lo rodea.
Sin posibilidad de pérdida y sin ninguna dificultad técnica, el sendero asciende en zigzag por esta ladera hasta llegar al collado superior.
Una vez arriba se tiene al frente al Tossal de la Creu y la cumbre del Xap es una ancha meseta por la que se prosigue por un sendero que se dirige hacia el Sur, pasando junto a un antiguo corral.
El sendero termina en una pista forestal con un asfaltado muy deteriorado. Se continúa la ruta hacia la derecha, por donde aparecerán marcas de la PRV-43.
Se sigue la pista forestal hasta llegar a una vivienda, junto a la que discurre la senda por la que se sigue la ruta, balizada con marcas blancas-amarillas ya que por ella pasa la PRV-43.
La senda avanza sin ninguna dificultad y pasa entre los restos de un antiguo corral.
Desde el corral se continúa por el camino de acceso a una serie de bancales existentes en la zona y llega hasta un camino asfaltado que enlaza el Vall de Gallinera con La Vall d’Alcalà y La Vall d’Ebo.
Aunque la ruta continúa hacia la izquierda, a pocos metros a la derecha se encuentra el Mirador del Xap.
Vistas desde el Mirador del Xap.
Tras la visita al mirador se regresa al camino asfaltado y se sigue durante unos metros, hasta llegar a la curva a la izquierda, desde donde se abandona siguiendo un sendero que aparece al frente.
En un principio es fácil de seguir, pero pronto se empieza a perder entre la maleza, hasta prácticamente ser imposible de localizar. Por lo que hay que seguir campo a través por la cresta de la sierra y avanzar por donde se pueda, ya que terreno está bastante quebrado y es un tanto incómodo para avanzar.
Otra vista desde la cresta de la Serra de la Foradà sobre el Vall de Gallinera.
Imagen hacia la izquierda sobre los bancales de Els Morells.
Al llegar a El Paset, ya aparece un sendero visible que llega por la derecha desde el valle y circula cerca de la cresta, por su cara Sur.
Por toda esta zona aparecen infinidad de pinos secos, derribados por los temporales al estar su madera debilitada por termitas y carcoma.
Toda esta triste estampa es fruto de un terrible incendio que asoló más de 500 hectáreas de esta zona en julio de 2009.
Siguiendo por el sendero, a la altura de la Penya Alta, se pasa junto a otro pequeño corral que esconde en su interior una pequeña sorpresa, ya que existe un túnel que lo comunica con una gran cueva abierta hacia el valle llamada Cova del Moro, pero tapiada totalmente dejando tan solo dos ventanas en el centro a distintas alturas y una pequeña apertura en un lateral probablemente producto de un desprendimiento.
A poca distancia se llega a una bifurcación del sendero, en el que aparece un ramal a la derecha que posteriormente se utilizará para iniciar el regreso. Pero una vez aquí interesa seguir al frente para llegar a la Penya Foradà.
Imagen de la Penya Foradà.
El sendero sigue sin ninguna dificultad, tan solo un tramo algo más empinado al final.
Por fin se llega a este arco natural, donde se produce un curioso efecto de alineación solar, que junto con el del Arc de Santa Llúcia en Penàguila, son los más destacados y conocidos de la provincia de Alicante.
A diferencia del caso del Arc de Santa Llúcia, en el que la alineación solar se produce a mediados de Diciembre y no llega a incidir sobre ningún edificio actual o conocido en concreto, ya que se sitúa a las afueras de Penàguila.
En este caso La Foradà sí crea una alineación solar entre ella y los restos de un antiguo convento franciscano, del que tan solo quedan unos pocos restos entre un grupo de grandes cipreses en la finca privada de l’Hort.
Este hecho ocurre desde 1611, cuando tras la expulsión de los moriscos, se les encargó a los frailes franciscanos construir un convento en el valle. Percatándose de la existencia del arco natural, localizaron el lugar exacto donde el 4 de Octubre, día en el que se celebra su patrón, San Francisco de Asís, inciden los rayos de sol que pasan por el interior de La Foradà.
Esta alineación también se produce el 8 de Marzo.
En esta vista desde Penya Foradà hacia el valle, se aprecia marcado con un círculo, el lugar en el que se encontraba el convento franciscano con el que se produce la alineación solar.
Vista durante el descenso de la Penya Foradà hacia los bancales de la zona alta del Vall d’Alcalà, también cubierto de pinos secos.
Se regresa por la senda al punto antes indicado y se inicia en descenso por un interesante sendero, empedrado en algunos tramos.
Se sigue descendiendo y al llegar bajo los acantilados que se ven al frente en la imagen, se encuentra la Cova i Font d’En Moragues, pequeña filtración de agua que aparece del fondo de la gran hendidura en la base de la pared rocosa y se deposita en un pequeño estanque.
El sendero sigue descendiendo sin ninguna dificultad técnica y termina convirtiéndose en una pista forestal.
Ahora la ruta ya es tan solo un paseo por este laberinto de caminos entre los innumerables bancales de cultivo, por lo que hay que ir atentos a las indicaciones del mapa para no perderse.
Se llega junto al grupo de cipreses antes comentados, en la enorme finca de l’Hort, donde junto a los restos del antiguo convento franciscano hay una fuente y cerca se encuentra el Calvario.
Como curiosidad decir que esta finca está plantada casi en su totalidad de cítricos.
Se abandona el camino que baja hacia Benitaia y se continúa por la pista encementada que aparece a la derecha.
Este camino encementado vuelve a dirigirse hacia la base de los acantilados, pasando por entre magníficos bancales escalonados con piedras de gran tamaño, en esta zona plantados con almendros, algarrobos y olivos.
Luego desciende nuevamente hacia los bancales de cerezos.
También comentar que prácticamente todos los bancales de este Vall de Gallinera están modernizados en cuanto al uso del riego por goteo.
Se llega a un cruce con el camino asfaltado que se dirige hacia La Vall d’Alcalà y La Vall d’Ebo como se ha comentado anteriormente en el Mirador del Xap.
En esta ocasión se prosigue cruzándolo y descendiendo por el camino asfaltado, cerrado al tráfico de vehículos por dos señales de dirección prohibida.
Se sigue por el camino asfaltado hasta llegar a una curva cerrada a la izquierda en la que al frente aparece una vivienda. En este punto hay que continuar descendiendo por un camino de tierra de acceso a unos bancales que aparece junto a la valla de la vivienda.
El camino sigue bajando hasta llegar a unos bancales de olivos aparentemente abandonados, a partir de los cuales se sigue por una senda.
La senda enlaza nuevamente con una pista encementada de acceso a otros bancales cultivados y por ella se llega a otro camino principal.
En esta zona existen pequeños grupos de grandes pinos, lo que permite la existencia de ardillas.
Por este nuevo camino, a tramos asfaltado o encementado, se coincide nuevamente con la “Ruta dels 8 Pobles”.
Se llega a la Font de l’Alcúdia, compuesta por un nacimiento de agua de un caño que se recoge en una pequeña acequia para posteriormente depositarse en una balsa, llena de plantas acuáticas y ranas.
El agua que rebosa de la balsa cruza el camino y en el otro lado se pierde por una gran tubería.
Se continúa por el mismo camino encementado y se pasa junto a otra de las inmensas balsa redondas que existen en esta ladera del valle.
Al dar la curva, al frente se encuentran los restos de otro antiguo asentamiento morisco referenciado como “Despoblat Morisc de l’Alcúdia”.
Vista hacia la Ombría del Xap tras rodear el depósito de agua.
El camino que se está siguiendo llega hasta la misma entrada de Benirrama.
Una vez en el pueblo hay que cruzarlo como se aprecia en el mapa.
Y llegar a un callejón que lo abandona por la parte más baja.
Nada más salir se deja este, por cierto magnífico sendero de bajada, que más adelante se encuentra empedrado, como se vio en el de bajada de la Penya Foradà.
Pero en esta ocasión no interesa seguir, ya que llega a la carretera muy lejos del punto donde se encuentra el coche aparcado.
En cambio se cogerá un atajo girando a la izquierda, por lo que parece un simple camino de acceso a unos bancales.
Pero que a los pocos metros enlaza con otro camino encementado que desciende hasta la carretera, encontrándose el coche a poco más de cien metros hacia la derecha.
Ruta de 18,15 Km realizada en 340' el 03/06/2013
Se desciende por la pista encementada y tras cruzar el lecho del Riu de Gallinera se prosigue la ruta por el camino que continúa por la otra ladera, junto a unos bancales escalonados con muros de piedras.
En esta ladera de la solana, más árida, apenas se ha intentado cultivar y se utilizó más con fines ganaderos. De ahí la existencia de corrales, apenas inexistentes en la cara de la umbría.
En esta parte baja de la ladera, pegados al río, existe algo de arbolado, pero más adelante, a medida que se asciende tan solo queda matorral.
El camino de tierra es el de acceso a una serie de bancales cultivados y al llegar a una curva a la izquierda, se prosigue la ruta por una pequeña pedrera que se dirige hacia la montaña.
Se sigue la pedrera hasta que a la izquierda aparece un sendero por el que se continúa.
Existen una serie de marcas blancas-verdes que guían el trazado a seguir ya que coincide con una ruta local.
El sendero va subiendo entre el matorral, sin excesiva dificultad, tan solo en alguna ocasión se puede perder de vista, por lo que hay que ir atentos a las marcas para no despistarse.
Vista hacia la cara de la umbría del valle, cubierto totalmente de arbolado y rematado por acantilados.
El sendero se dirige hacia el principio de un barranco.
Se pasa junto a las ruinas de otro corral con vivienda.
En el principio del barranco existen una serie de muros escalonados de piedra, pero con unos bancales muy deteriorados, de los que no se sacaría mucho provecho.
Se llega al Pla del Morter y aparece una llanura totalmente cubierta de bastante matorral y arbustos, entre el que serpentea la senda.
Al acercarse junto a un pozo, la senda desaparece y se continúa por el camino de acceso a la casa de campo que hay junto a él.
El camino de tierra llega hasta una ancha y bien acondicionada pista forestal.
Se gira a la izquierda y se sigue ascendiendo. En esta parte más alta de la Serra de l’Almirall aún queda algo de pinar.
Se llega a un cruce y se prosigue por otra pista forestal, también en buenas condiciones, hacia la izquierda.
Una pequeña culebra se calienta sobre la grava de la pista forestal.
Se pasa junto a otro pozo.
Hay algunas casas habitadas, pequeñas edificaciones probablemente de cazadores y restos de antiguas casas de campo.
Al llegar a otro pozo con una robusta cúpula de piedra, aparece a la izquierda frente a él, una bifurcación de la pista forestal por la que se inicia el descenso hacia el río.
Se cruza entre un pequeño pinar y más adelante se despeja el terreno, cubierto como durante el ascenso de monte-bajo y matorral.
En todo este tramo, desde el pozo hasta el Riu de Gallinera, se irán encontrando las marcas blancas-amarillas de la PRV-43.
Vista hacia la Serra de l’Almirant durante el descenso, donde se aprecia la existencia de algo de pinar reforestado.
Otra de las varias viviendas rurales abandonadas junto a las que se pasa.
La pista forestal que se ha estado siguiendo termina en un pequeño bancal, a partir del cual se prosigue por una senda también balizada con las marcas de la PRV-43.
Si bien la pendiente por la pista forestal ha sido muy suave, ahora por la senda se hace algo más pronunciada, con algunos tramos algo desmoronados, pero nada excesivamente complicado digno de mención.
Imagen del Vall de Gallinera desde la LLoma del Rit.
Hay puntos en los que la senda no está nada clara, por lo que hay que ir atentos a las marcas blancas-amarillas.
El sendero llega hasta la base de un par de antenas.
Luego se sigue descendiendo por el camino encementado de acceso a ellas hasta que enlaza con un ancho camino asfaltado.
Una vez en él se gira a la izquierda y se sigue descendiendo hasta llegar al puente sobre el Riu de Gallinera.
Al mirar a la derecha se observa que el río baja con agua, en su mayoría aportes de las distintas fuentes existentes en la ladera Sur del valle.
Ahora se continúa la ruta por un camino de tierra que discurre pegado a la ladera Norte del río y que como se ve, está cortado al paso de vehículos. Para caminantes no hay ningún problema, ya que de hecho por él discurre una ruta local hacia unos abrigos con pinturas rupestres.
A los pocos metros el camino de tierra se aleja del cauce y es el momento para descender hasta el mismo lecho por donde se pueda.
Por aquí fluye el agua lentamente sobre el lecho rocoso.
Es el momento de cruzar en cuanto se pueda al margen derecho.
Un poco más adelante, aparece una bajada de agua procedente de alguna fuente por la derecha, cosa que hace que según el caudal, el terreno esté más o menos embarrado.
Hay que ir pasando de un margen al otro, dependiendo de cómo se vea el terreno para poder avanzar sin muchos problemas.
Finalmente el agua desaparece absorbida por el fondo de la rambla, perdiéndose de vista entre los cantos rodados que la cubren.
A partir de la desaparición del agua, el recorrido por el río no reviste ninguna dificultad técnica, tan solo en las zonas de cantos rodados puede resultar un tanto incómodo para caminar.
En otros tramos el cauce es de roca, con algunas pequeñas pozas, en esta ocasión con agua, aparentemente restos de recientes lluvias.
Tras un recorrido de unos 2300 metros por el lecho del Riu de Gallinera, que puede llevar unos 40 minutos, aparece a la derecha la pista encementada por la que se ha empezado la ruta y al final de la cual se encuentra el coche aparcado.
Ruta de 12,26 Km realizada en 225' el 07/06/2013