La Serra Llarga es la más Oriental del grupo de elevaciones montañosas situadas al Norte del Término Municipal de Elx.
Forma parte de un conjunto compuesto por la Serra dels Cremats al Oeste, donde se sitúa el punto más elevado con cerca de 250 metros. A continuación se encuentra el Monte o Serra de Ripoll y por último la Serra Llarga, que le da nombre genérico al conjunto.
También se puede visitar el Qanat de la Serra Llarga.
¿QUÉ ES UN QANAT?
Un qanat es un túnel o entramado de túneles excavados hacia el interior de una colina con la intención de alcanzar un acuífero, localizado anteriormente mediante la perforación de un pozo denominado “Principal o Madre”.
En lugar de extraer el agua del pozo mediante bombas hidráulicas que requieren fuentes de energía externa, para posteriormente transportarla por canalizaciones superficiales hasta el punto de destino.
En el caso de un qanat se trata de un acueducto subterráneo que transporta el agua de un punto determinado bajo tierra a otro en el exterior, utilizando únicamente la gravedad como energía de transporte. Entre ambos se perforan una serie de pozos o lumbreras con la intención de facilitar los trabajos de excavación y extracción de escombros, para quedar posteriormente como chimeneas de ventilación.
También existen las denominadas minas de agua, igualmente formadas por galerías excavadas en la roca, pero en este caso, lo más habitual es que la obra se realice a partir de la existencia de un pequeño nacimiento de agua, aunque sea estacional.
Desde ese punto, normalmente en el cauce de un barranco, se inician los trabajos de minería, siguiendo el nivel del nacimiento, ya que en ambos casos en muy importante que la pendiente del túnel sea muy débil, para que el paso del agua recogida, no produzca demasiada erosión en las paredes, con el consiguiente peligro de derrumbe.
Con la construcción de este túnel se pretende aumentar el caudal de agua recogido, ya que teóricamente se producen filtraciones a lo largo de todo el recorrido.
Con lo anteriormente dicho y ante el desconocimiento de que en este lugar haya existido un nacimiento natural de agua, a esta obra se denominará como Qanat de la Serra Llarga.
Empezando el estudio de la infraestructura hidráulica por la superficie, se descubre que desde la entrada hasta la primera chimenea de ventilación, con una profundidad de unos 8 metros y cerrada con un enrejado a ras del suelo, hay cerca de 60 metros.
De la primera a la segunda, de la que solo queda parte de una auténtica chimenea que emergía más de dos metros sobre el nivel del suelo y que también se encuentra cerrada, hay unos 80 metros. La profundidad de este pozo es cercana a los 15 metros.
La tercera lumbrera se encuentra a unos 60 metros de la anterior, también está cerrada y su profundidad es aproximadamente de unos 9 metros.
Ahora como curiosidad aparece otro pozo con la misma estructura que el resto, casi completamente cubierto por una enorme piedra plana y a unos 60 metros de distancia del anterior, como viene siendo habitual.
Pero como se verá posteriormente al recorrer la galería subterránea y trazando sobre el mapa una línea que una las distintas lumbreras, este pozo está fuera de lugar, ya que está situado a unos 13 metros a la izquierda del túnel principal, por lo qué o bien se trata de otra infraestructura distinta o de un error de cálculo grave, ya que aunque también desciende unos 8 metros, no enlaza con el túnel principal, por lo que no se puede contabilizar como otra chimenea de ventilación de este qanat.
Aunque situado a unos 80 metros de la falsa lumbrera, realmente la cuarta se encuentra a unos 140 metros de la tercera.
Esta es la única que conserva la forma original de una chimenea que se eleva sobre el nivel del suelo algo más de 2 metros.
Por su altura y aparente solidez, la parte superior aun se encuentra abierta.
Por ello su profundidad total se acerca a los 15 metros.
Con una base cuadrangular de mayores dimensiones que la anterior, esta quinta lumbrera está totalmente cerrada.
Como se verá durante el recorrido subterráneo, este pozo también se encuentra desviado cerca de 3 metros a la derecha del túnel, pero en esta ocasión sí están unidos por una galería lateral.
En este caso la distancia entre las lumbreras es de unos 70 metros y baja unos 17 metros.
Situada sobre el mismo montón de escombros sacados de la excavación se encuentra la sexta chimenea de ventilación. Sellada parcialmente, resulta realmente peligroso su estado, ya que una caída de más de 19 metros, es mortal de necesidad.
Con una distancia de alrededor de unos 120 metros de la anterior, da que pensar la posible existencia de otra entre ellas, pero ni por el subsuelo ni por el exterior se distingue señal alguna de su presencia.
Igualmente pasa entre la sexta y la séptima lumbrera visible desde la galería subterránea. Entre ellas hay cerca de 140 metros, distancia un tanto excesiva para este tipo de infraestructuras hidráulicas.
Aunque en esta ocasión, sobre la superficie se localizan un par de puntos en los que parece qué o bien se iniciaron los trabajos de excavación o una vez realizados, se sellaron sin llegar a contactar con la galería principal.
En este último punto, junto a las ruinas de una caseta, la profundidad de este pozo, sólidamente sellado con viguetas de hormigón, puede acercarse a los 27 metros.
Una vez en el fondo, se verá que en esta zona la acumulación de agua es mucho mayor y la galería principal se corta por lo que aparenta un desprendimiento.
No estando totalmente claro si el túnel continúa, aunque en la superficie sí aparecen marcas de otras perforaciones, es razonable aventurar que este es el “Pozo Madre”.
La descripción de la parte subterránea de esta obra se inicia con la entrada al túnel, situada como corresponde en la base de la ladera.
En un primer momento se trata de una zanja abierta, hasta alcanzar un punto en el que se pueden iniciar sin riesgo de derrumbe superior los trabajos de perforación en esta loma de roca arenisca.
Aproximadamente 2 metros de la entrada aparece una almedia o pequeño portón, para en caso de necesidad, poder cortar el flujo de agua hacia el exterior.
El túnel, con unas medidas prácticamente constantes durante todo su trazado, tiene poco más de 1 metro de ancho por algo más de 2,10 de altura total. Ya que como se ve en la imagen, el suelo tiene dos alzadas, una acequia para el paso del agua y un escalón a la izquierda para el tránsito de las personas.
También aparece a la derecha una pequeña repisa de apenas 20 cm. de profundidad.
Da la impresión que las paredes se encuentran enlucidas con algún material, previsiblemente hidrófugo. Aunque tampoco tiene sentido enlucirlo hasta el techo si no es para evitar la erosión.
A la llegada a las lumbreras aparece una mayor acumulación de sedimentos y restos de desprendimientos.
Todas ellas son de forma rectangular y sobre las paredes más cercanas, de aproximadamente 1 metro de separación, existen una serie de muescas a ambos lados para facilitar la entrada o salida en caso de necesidad.
Hasta la llegada a la tercera chimenea de ventilación, la acequia ha estado seca, por lo que se ha podido transitar sin ninguna dificultad.
Sin embargo en este punto, el agua ya aparece estancada al no poder sobrepasar la acumulación de restos.
De la tercera a la cuarta se puede circular sin excesiva dificultad por el nivel de la izquierda, al haber colocado en el suelo una serie de piezas de tubería de fibrocemento que permiten avanzar, sin mojarse mucho, con el agua que por momentos cubre todo el fondo.
Una vez sobrepasada la cuarta lumbrera, el agua cubre todo el fondo de la galería.
Al encontrarse estancada, se crea una fina capa, quebradiza y similar al hielo, pero de procedencia mineral, creada por las partículas desprendidas de las paredes y techo del túnel, que por alguna reacción química se cristalizan.
Llegando al quinto pozo de ventilación, que ha perdido su cometido al encontrarse sellado en la superficie, el nivel del agua vuelve a bajar hasta cubrir tan solo la acequia.
Como se indicó anteriormente, este pozo se encuentra a unos 3 metros a la derecha del túnel, hundiéndose más de 1 metro con respecto a él.
También aparece un gran tronco lanzado desde el exterior antes de tapar la boca del pozo.
Desde aquí, el aspecto de la piedra pasa de un tono amarillento a otro más grisáceo.
Se prosigue por el lateral que continúa sin estar cubierto de agua y como anteriormente, delimitado por una serie de piezas de tubería, algunas de fibrocemento y otras de hierro, probablemente pertenecientes a la antigua conducción de agua entre las fuentes de la Alcoraya y unos depósitos a las afueras de Elche, que pasaba por esta zona.
Vista desde el interior de la sexta lumbrera, como también se ha indicado anteriormente más peligrosa, al encontrarse parcialmente descubierta en la superficie.
A partir de aquí, el agua ya parece surgir y moverse, por lo que se ve más transparente y sin la capa superficial que aparecía anteriormente.
Precisamente por la mayor acción del agua, las paredes y techo presentan mayor número de desprendimientos, por lo que va perdiendo la forma regular que ha mantenido hasta el momento.
A tramos el agua lo cubre todo y en otros momentos queda despejado el paso lateral, aunque de todos modos cada vez con más dificultades.
Poco a poco se llega a una zona en la que el nivel del agua ronda los 70 cm., cosa que hace pensar que se está atravesando la “Fuente Madre”.
Finalmente se alcanza el séptimo pozo de ventilación y la galería principal prácticamente cegada por un gran desprendimiento.
Por lo tanto, como se indicó en la superficie, ante la existencia de tanta agua en el subsuelo y la imposibilidad de saber si este qanat continúa adelante, se considerará este séptimo como el “Pozo Madre”.
Ahora ya solo queda volver a recorrer los más de 670 metros de galería hasta alcanzar la bocamina y proseguir la ruta.
Aunque es de sentido común, no está de más recordar que hay que ser muy respetuoso con los lugares que se visitan, dejándolo al menos en las mismas condiciones que se encontraba a nuestra entrada y por supuesto, no dejar ningún tipo de residuo.
Evidentemente la visita al qanat es un extra de esta ruta por la Serra Llarga, además es un tanto compleja, al tener que ir provistos de buena iluminación, vestimenta y calzado para adentrarse en el túnel inundado.
Por lo tanto no está contabilizado en el tiempo de realización de la ruta, pero en caso de acometerla, habría que añadir algo más de 1 hora.
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Se puede dejar el coche junto a una gran balsa, donde se acumulaba el agua que manaba del Qanat de la Serra Llarga. Llegaba hasta ella por una acequia todavía visible y entraba a través de una caseta situada en el vértice Nord-Occidental. Igualmente la salida del agua se realizaba por la base de la balsa a través de una tubería en el vértice Sur-Oriental e igualmente controlada desde una caseta.
Como curiosidad, la pared Sur de la balsa, donde se encuentra la salida, no es recta, ya que forma unas ondulaciones.
Imagen de las ruinas de la casa de esta finca, en la que destaca el gran muro que mantiene la explanada frontal.
Se inicia la ruta siguiendo el camino asfaltado en dirección a la sierra.
A la izquierda se distinguen los restos de la canalización que llevaba el agua del qanat hasta la balsa.
A los pocos metros se llega a un punto en el que aparece un sendero a la izquierda. Se cruza sobre la roca en la que está tallada la acequia antes comentada. Esta continúa hacia la derecha, cerca del camino asfaltado, hasta la entrada al qanat, junto a la que se pasará cuando se regrese por este mismo camino.
Al frente aparece un potente muro de contención que delimita un bancal y hace las veces de acueducto, ya que por su interior pasan los tubos de hierro de una antigua canalización de agua, entre unas fuentes situadas en la partida de la Alcoraya y Elx.
Como se ha comentado anteriormente, parte del resto de la canalización, totalmente desaparecida, probablemente haya ido a parar al interior del qanat.
La ruta prosigue ascendiendo, siguiendo el sendero por esta suave y árida ladera.
Vista hacia el Este de la Serra de Ripoll.
El sendero enlaza con una pista forestal, al tiempo que al frente aparece la “montaña” que está surgiendo con la acumulación de residuos inertes mezclados con tierra y que si no lo es ya, pronto será la cima más elevada de esta zona.
La pista forestal llega frente al vertedero y rodea parcialmente las instalaciones de la oficialmente denominada: “PLANTA DE RECICLAJE Y COMPOSTAJE DE R.S.U. Y VERTEDERO CONTROLADO DE RECHAZOS DEL BAIX VINALOPÓ”.
Se prosigue hasta llegar a un cruce por el que se continúa hacia la derecha.
En esta zona la vegetación es muy escasa y ni siquiera hay pinos, tan solo algunos bancales en los que aún sobreviven algunos almendros.
El camino de grava desciende lentamente hasta llegar a otro cruce en el que enlaza con el mismo camino asfaltado que se dejó anteriormente.
Ahora se camina unos metros hacia la derecha.
Pronto aparece a la izquierda otra pista forestal que se adentra en la Serra de Ripoll.
Aunque la vegetación sigue siendo árida, al menos esta sierra está cubierta con pinos, cosa que proporciona sombra y mantiene un poco más la humedad de la noche.
Toda esta pista forestal acompaña a una tubería que transporta aguas residuales tratadas, utilizadas para el regadío.
Como el paso de agua por esta canalización es constante, al igual que son comunes las fugas, estas crean micro-oasis que pronto destacan sobre el resto de vegetación más austera.
Al llegar a la propiamente llamada Serra Llarga, se gira a la derecha y se sube hacia la entrada de una gran balsa que hay en su cima.
Se deja la entrada de la balsa a la izquierda y se rodea siguiendo otra pista forestal, cerrada al paso de vehículos con una acumulación de grandes piedras.
Se alcanza la cresta de la sierra y se recorre hacia el Este.
Desde aquí hay una gran vista sobre la Serra de Fontcalent, pero hoy la niebla lo impide.
El camino de tierra enlaza con otros asfaltados, probablemente construidos para un fallido intento de urbanizar esta zona.
Se desciende como se indica en el mapa y se inicia el regreso por otro camino de tierra en dirección Oeste.
Este camino de tierra discurre paralelo a otro a la izquierda, pero por una propiedad privada, tal como indican numerosos carteles.
En esta zona se acumula agua de algún modo, ya que es lo único verde que resalta en este auténtico erial.
El camino de tierra termina al llegar a la base de uno de estos montículos formados por un único bloque de piedra arenisca.
Ahora se sigue sobre un camino marcado sobre la base de piedra.
Sobre él se ven perfectamente marcadas, unas pequeñas zanjas por donde se dirigía la escorrentía del agua de lluvia hacia un lugar concreto, además de las huellas o carriladas dejadas por el paso de carros por un antiquísimo camino íbero existente por esta zona.
A estas huellas se suman las marcas producidas por el paso de maquinaria pesada traccionada con sistema de cadenas.
El camino rodea la loma y desciende hacia el Sur, por un barranco por el que discurre el conocido como Camino de la Mina.
Sobre el ancho barranco hay una serie de bancales escalonados, plantados con olivos.
Si estas huellas pertenecen al paso de carros, es un poco difícil entender su creación, a no ser que se tratase de un punto de cruce. En realidad se trata, según información desde el blog “¿…Y por qué no un blog…?”, mucho más especializado en temas culturales e históricos, de las marcas sobre la roca blanda realizadas para rebajar los resaltes del antiguo camino íbero que por aquí pasaba y es aún visible en otros tramos.
El camino de tierra abandona la sierra y pasa entre algunas casas y campos de cultivo, la mayoría abandonados.
Se llega a la altura de una bifurcación y se gira a la derecha, junto a una casa con cipreses.
Luego se sigue este camino de tierra entre campos bien cuidados de almendros, hasta llegar a otra bifurcación a la derecha que vuelve a dirigirse hacia la sierra.
El camino va desdoblándose para entrar en algunas fincas, pero se sigue el principal.
Termina por desaparecer y se convierte en un sendero que se bifurca.
Las dos opciones se unirán más adelante, pero en esta ocasión se sigue la de la izquierda, ya que sube por el barranco y parece más interesante.
El tránsito por el barranco no reviste ninguna dificultad y le da un poco de emoción a la ruta, hasta ahora por caminos abiertos. Cosa que vuelve a ocurrir al llegar al collado y unirse a la otra opción que llega por la derecha.
Al menos esta pista forestal que recorre el corazón de la Serra de Ripoll, se encuentra rodeada de pinos.
Se gira a la izquierda en el primer cruce y ahora hay que ir muy atentos a la derecha para localizar el principio de otro sendero.
Aunque se nota algo sobre el terreno, no está muy claro donde empieza la senda.
No se indica por qué motivo, pero parece estar camuflada para que no se circule por ella.
A los pocos metros ya aparece perfectamente marcada y además se nota que lleva mucho tiempo utilizada.
Esta senda llega hasta unos bancales, al final de los cuales gira a la izquierda para descender por otro barranco.
Pero en esta ocasión interesa seguir junto a los bancales hacia la derecha, ascendiéndolos hasta llegar al camino de acceso a ellos.
El camino de acceso a los bancales, lo es también a un grupo de colmenas.
Al salir hacia el camino asfaltado se vuelven a encontrar las marcas sobre la roca del suelo.
Se sale al camino asfaltado y se inicia el descenso.
Las flechas de la fotografía indican las tres chimeneas de ventilación, localizables a simple vista, del que se ha denominado como Qanat de la Serra Llarga.
A la izquierda del camino asfaltado discurre el lecho del barranco, sobre el que destacan unas profundas roderas.
Por el gran desgaste de la roca, es de suponer que se trataba de un camino íbero muy transitado, con una profundidad similar al de las carrileras del Barranco de San Antón, aunque a diferencia del Ferriol, la Serra de Peligros o la Serra de les Pedreres, en estas sierras no es tan evidente la existencia de canteras, por lo que cabría pensar el transporte de otro tipo de mercancía.
Se debe comentar el hecho de que con el desgaste de la zona de paso de las ruedas, había que rebajar manualmente el camino, para que los animales de tiro pudiesen seguir arrastrando los carros sin más dificultades de las imprescindibles.
También había que rebajar los laterales del canal formado por el camino, ya que al descender de nivel, el exterior de la rueda rozaba.
La entrada del qanat queda a la derecha y el barranco termina, ya solo queda un pequeño tramo hasta el punto de partida.
Ruta de 11,16 Km realizada en 180' el 17/04/2013
Forma parte de un conjunto compuesto por la Serra dels Cremats al Oeste, donde se sitúa el punto más elevado con cerca de 250 metros. A continuación se encuentra el Monte o Serra de Ripoll y por último la Serra Llarga, que le da nombre genérico al conjunto.
También se puede visitar el Qanat de la Serra Llarga.
¿QUÉ ES UN QANAT?
Un qanat es un túnel o entramado de túneles excavados hacia el interior de una colina con la intención de alcanzar un acuífero, localizado anteriormente mediante la perforación de un pozo denominado “Principal o Madre”.
En lugar de extraer el agua del pozo mediante bombas hidráulicas que requieren fuentes de energía externa, para posteriormente transportarla por canalizaciones superficiales hasta el punto de destino.
En el caso de un qanat se trata de un acueducto subterráneo que transporta el agua de un punto determinado bajo tierra a otro en el exterior, utilizando únicamente la gravedad como energía de transporte. Entre ambos se perforan una serie de pozos o lumbreras con la intención de facilitar los trabajos de excavación y extracción de escombros, para quedar posteriormente como chimeneas de ventilación.
También existen las denominadas minas de agua, igualmente formadas por galerías excavadas en la roca, pero en este caso, lo más habitual es que la obra se realice a partir de la existencia de un pequeño nacimiento de agua, aunque sea estacional.
Desde ese punto, normalmente en el cauce de un barranco, se inician los trabajos de minería, siguiendo el nivel del nacimiento, ya que en ambos casos en muy importante que la pendiente del túnel sea muy débil, para que el paso del agua recogida, no produzca demasiada erosión en las paredes, con el consiguiente peligro de derrumbe.
Con la construcción de este túnel se pretende aumentar el caudal de agua recogido, ya que teóricamente se producen filtraciones a lo largo de todo el recorrido.
Con lo anteriormente dicho y ante el desconocimiento de que en este lugar haya existido un nacimiento natural de agua, a esta obra se denominará como Qanat de la Serra Llarga.
Empezando el estudio de la infraestructura hidráulica por la superficie, se descubre que desde la entrada hasta la primera chimenea de ventilación, con una profundidad de unos 8 metros y cerrada con un enrejado a ras del suelo, hay cerca de 60 metros.
De la primera a la segunda, de la que solo queda parte de una auténtica chimenea que emergía más de dos metros sobre el nivel del suelo y que también se encuentra cerrada, hay unos 80 metros. La profundidad de este pozo es cercana a los 15 metros.
La tercera lumbrera se encuentra a unos 60 metros de la anterior, también está cerrada y su profundidad es aproximadamente de unos 9 metros.
Ahora como curiosidad aparece otro pozo con la misma estructura que el resto, casi completamente cubierto por una enorme piedra plana y a unos 60 metros de distancia del anterior, como viene siendo habitual.
Pero como se verá posteriormente al recorrer la galería subterránea y trazando sobre el mapa una línea que una las distintas lumbreras, este pozo está fuera de lugar, ya que está situado a unos 13 metros a la izquierda del túnel principal, por lo qué o bien se trata de otra infraestructura distinta o de un error de cálculo grave, ya que aunque también desciende unos 8 metros, no enlaza con el túnel principal, por lo que no se puede contabilizar como otra chimenea de ventilación de este qanat.
Aunque situado a unos 80 metros de la falsa lumbrera, realmente la cuarta se encuentra a unos 140 metros de la tercera.
Esta es la única que conserva la forma original de una chimenea que se eleva sobre el nivel del suelo algo más de 2 metros.
Por su altura y aparente solidez, la parte superior aun se encuentra abierta.
Por ello su profundidad total se acerca a los 15 metros.
Con una base cuadrangular de mayores dimensiones que la anterior, esta quinta lumbrera está totalmente cerrada.
Como se verá durante el recorrido subterráneo, este pozo también se encuentra desviado cerca de 3 metros a la derecha del túnel, pero en esta ocasión sí están unidos por una galería lateral.
En este caso la distancia entre las lumbreras es de unos 70 metros y baja unos 17 metros.
Situada sobre el mismo montón de escombros sacados de la excavación se encuentra la sexta chimenea de ventilación. Sellada parcialmente, resulta realmente peligroso su estado, ya que una caída de más de 19 metros, es mortal de necesidad.
Con una distancia de alrededor de unos 120 metros de la anterior, da que pensar la posible existencia de otra entre ellas, pero ni por el subsuelo ni por el exterior se distingue señal alguna de su presencia.
Igualmente pasa entre la sexta y la séptima lumbrera visible desde la galería subterránea. Entre ellas hay cerca de 140 metros, distancia un tanto excesiva para este tipo de infraestructuras hidráulicas.
Aunque en esta ocasión, sobre la superficie se localizan un par de puntos en los que parece qué o bien se iniciaron los trabajos de excavación o una vez realizados, se sellaron sin llegar a contactar con la galería principal.
En este último punto, junto a las ruinas de una caseta, la profundidad de este pozo, sólidamente sellado con viguetas de hormigón, puede acercarse a los 27 metros.
Una vez en el fondo, se verá que en esta zona la acumulación de agua es mucho mayor y la galería principal se corta por lo que aparenta un desprendimiento.
No estando totalmente claro si el túnel continúa, aunque en la superficie sí aparecen marcas de otras perforaciones, es razonable aventurar que este es el “Pozo Madre”.
La descripción de la parte subterránea de esta obra se inicia con la entrada al túnel, situada como corresponde en la base de la ladera.
En un primer momento se trata de una zanja abierta, hasta alcanzar un punto en el que se pueden iniciar sin riesgo de derrumbe superior los trabajos de perforación en esta loma de roca arenisca.
Aproximadamente 2 metros de la entrada aparece una almedia o pequeño portón, para en caso de necesidad, poder cortar el flujo de agua hacia el exterior.
El túnel, con unas medidas prácticamente constantes durante todo su trazado, tiene poco más de 1 metro de ancho por algo más de 2,10 de altura total. Ya que como se ve en la imagen, el suelo tiene dos alzadas, una acequia para el paso del agua y un escalón a la izquierda para el tránsito de las personas.
También aparece a la derecha una pequeña repisa de apenas 20 cm. de profundidad.
Da la impresión que las paredes se encuentran enlucidas con algún material, previsiblemente hidrófugo. Aunque tampoco tiene sentido enlucirlo hasta el techo si no es para evitar la erosión.
A la llegada a las lumbreras aparece una mayor acumulación de sedimentos y restos de desprendimientos.
Todas ellas son de forma rectangular y sobre las paredes más cercanas, de aproximadamente 1 metro de separación, existen una serie de muescas a ambos lados para facilitar la entrada o salida en caso de necesidad.
Hasta la llegada a la tercera chimenea de ventilación, la acequia ha estado seca, por lo que se ha podido transitar sin ninguna dificultad.
Sin embargo en este punto, el agua ya aparece estancada al no poder sobrepasar la acumulación de restos.
De la tercera a la cuarta se puede circular sin excesiva dificultad por el nivel de la izquierda, al haber colocado en el suelo una serie de piezas de tubería de fibrocemento que permiten avanzar, sin mojarse mucho, con el agua que por momentos cubre todo el fondo.
Una vez sobrepasada la cuarta lumbrera, el agua cubre todo el fondo de la galería.
Al encontrarse estancada, se crea una fina capa, quebradiza y similar al hielo, pero de procedencia mineral, creada por las partículas desprendidas de las paredes y techo del túnel, que por alguna reacción química se cristalizan.
Llegando al quinto pozo de ventilación, que ha perdido su cometido al encontrarse sellado en la superficie, el nivel del agua vuelve a bajar hasta cubrir tan solo la acequia.
Como se indicó anteriormente, este pozo se encuentra a unos 3 metros a la derecha del túnel, hundiéndose más de 1 metro con respecto a él.
También aparece un gran tronco lanzado desde el exterior antes de tapar la boca del pozo.
Desde aquí, el aspecto de la piedra pasa de un tono amarillento a otro más grisáceo.
Se prosigue por el lateral que continúa sin estar cubierto de agua y como anteriormente, delimitado por una serie de piezas de tubería, algunas de fibrocemento y otras de hierro, probablemente pertenecientes a la antigua conducción de agua entre las fuentes de la Alcoraya y unos depósitos a las afueras de Elche, que pasaba por esta zona.
Vista desde el interior de la sexta lumbrera, como también se ha indicado anteriormente más peligrosa, al encontrarse parcialmente descubierta en la superficie.
A partir de aquí, el agua ya parece surgir y moverse, por lo que se ve más transparente y sin la capa superficial que aparecía anteriormente.
Precisamente por la mayor acción del agua, las paredes y techo presentan mayor número de desprendimientos, por lo que va perdiendo la forma regular que ha mantenido hasta el momento.
A tramos el agua lo cubre todo y en otros momentos queda despejado el paso lateral, aunque de todos modos cada vez con más dificultades.
Poco a poco se llega a una zona en la que el nivel del agua ronda los 70 cm., cosa que hace pensar que se está atravesando la “Fuente Madre”.
Finalmente se alcanza el séptimo pozo de ventilación y la galería principal prácticamente cegada por un gran desprendimiento.
Por lo tanto, como se indicó en la superficie, ante la existencia de tanta agua en el subsuelo y la imposibilidad de saber si este qanat continúa adelante, se considerará este séptimo como el “Pozo Madre”.
Ahora ya solo queda volver a recorrer los más de 670 metros de galería hasta alcanzar la bocamina y proseguir la ruta.
Aunque es de sentido común, no está de más recordar que hay que ser muy respetuoso con los lugares que se visitan, dejándolo al menos en las mismas condiciones que se encontraba a nuestra entrada y por supuesto, no dejar ningún tipo de residuo.
Evidentemente la visita al qanat es un extra de esta ruta por la Serra Llarga, además es un tanto compleja, al tener que ir provistos de buena iluminación, vestimenta y calzado para adentrarse en el túnel inundado.
Por lo tanto no está contabilizado en el tiempo de realización de la ruta, pero en caso de acometerla, habría que añadir algo más de 1 hora.
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Mapa ruta nº 151 Serra Llarga
Mapa ruta nº 151 Serra Llarga
Se puede dejar el coche junto a una gran balsa, donde se acumulaba el agua que manaba del Qanat de la Serra Llarga. Llegaba hasta ella por una acequia todavía visible y entraba a través de una caseta situada en el vértice Nord-Occidental. Igualmente la salida del agua se realizaba por la base de la balsa a través de una tubería en el vértice Sur-Oriental e igualmente controlada desde una caseta.
Como curiosidad, la pared Sur de la balsa, donde se encuentra la salida, no es recta, ya que forma unas ondulaciones.
Imagen de las ruinas de la casa de esta finca, en la que destaca el gran muro que mantiene la explanada frontal.
Se inicia la ruta siguiendo el camino asfaltado en dirección a la sierra.
A la izquierda se distinguen los restos de la canalización que llevaba el agua del qanat hasta la balsa.
A los pocos metros se llega a un punto en el que aparece un sendero a la izquierda. Se cruza sobre la roca en la que está tallada la acequia antes comentada. Esta continúa hacia la derecha, cerca del camino asfaltado, hasta la entrada al qanat, junto a la que se pasará cuando se regrese por este mismo camino.
Al frente aparece un potente muro de contención que delimita un bancal y hace las veces de acueducto, ya que por su interior pasan los tubos de hierro de una antigua canalización de agua, entre unas fuentes situadas en la partida de la Alcoraya y Elx.
Como se ha comentado anteriormente, parte del resto de la canalización, totalmente desaparecida, probablemente haya ido a parar al interior del qanat.
La ruta prosigue ascendiendo, siguiendo el sendero por esta suave y árida ladera.
Vista hacia el Este de la Serra de Ripoll.
El sendero enlaza con una pista forestal, al tiempo que al frente aparece la “montaña” que está surgiendo con la acumulación de residuos inertes mezclados con tierra y que si no lo es ya, pronto será la cima más elevada de esta zona.
La pista forestal llega frente al vertedero y rodea parcialmente las instalaciones de la oficialmente denominada: “PLANTA DE RECICLAJE Y COMPOSTAJE DE R.S.U. Y VERTEDERO CONTROLADO DE RECHAZOS DEL BAIX VINALOPÓ”.
Se prosigue hasta llegar a un cruce por el que se continúa hacia la derecha.
En esta zona la vegetación es muy escasa y ni siquiera hay pinos, tan solo algunos bancales en los que aún sobreviven algunos almendros.
El camino de grava desciende lentamente hasta llegar a otro cruce en el que enlaza con el mismo camino asfaltado que se dejó anteriormente.
Ahora se camina unos metros hacia la derecha.
Pronto aparece a la izquierda otra pista forestal que se adentra en la Serra de Ripoll.
Aunque la vegetación sigue siendo árida, al menos esta sierra está cubierta con pinos, cosa que proporciona sombra y mantiene un poco más la humedad de la noche.
Toda esta pista forestal acompaña a una tubería que transporta aguas residuales tratadas, utilizadas para el regadío.
Como el paso de agua por esta canalización es constante, al igual que son comunes las fugas, estas crean micro-oasis que pronto destacan sobre el resto de vegetación más austera.
Al llegar a la propiamente llamada Serra Llarga, se gira a la derecha y se sube hacia la entrada de una gran balsa que hay en su cima.
Se deja la entrada de la balsa a la izquierda y se rodea siguiendo otra pista forestal, cerrada al paso de vehículos con una acumulación de grandes piedras.
Se alcanza la cresta de la sierra y se recorre hacia el Este.
Desde aquí hay una gran vista sobre la Serra de Fontcalent, pero hoy la niebla lo impide.
El camino de tierra enlaza con otros asfaltados, probablemente construidos para un fallido intento de urbanizar esta zona.
Se desciende como se indica en el mapa y se inicia el regreso por otro camino de tierra en dirección Oeste.
Este camino de tierra discurre paralelo a otro a la izquierda, pero por una propiedad privada, tal como indican numerosos carteles.
En esta zona se acumula agua de algún modo, ya que es lo único verde que resalta en este auténtico erial.
El camino de tierra termina al llegar a la base de uno de estos montículos formados por un único bloque de piedra arenisca.
Ahora se sigue sobre un camino marcado sobre la base de piedra.
Sobre él se ven perfectamente marcadas, unas pequeñas zanjas por donde se dirigía la escorrentía del agua de lluvia hacia un lugar concreto, además de las huellas o carriladas dejadas por el paso de carros por un antiquísimo camino íbero existente por esta zona.
A estas huellas se suman las marcas producidas por el paso de maquinaria pesada traccionada con sistema de cadenas.
El camino rodea la loma y desciende hacia el Sur, por un barranco por el que discurre el conocido como Camino de la Mina.
Sobre el ancho barranco hay una serie de bancales escalonados, plantados con olivos.
Si estas huellas pertenecen al paso de carros, es un poco difícil entender su creación, a no ser que se tratase de un punto de cruce. En realidad se trata, según información desde el blog “¿…Y por qué no un blog…?”, mucho más especializado en temas culturales e históricos, de las marcas sobre la roca blanda realizadas para rebajar los resaltes del antiguo camino íbero que por aquí pasaba y es aún visible en otros tramos.
El camino de tierra abandona la sierra y pasa entre algunas casas y campos de cultivo, la mayoría abandonados.
Se llega a la altura de una bifurcación y se gira a la derecha, junto a una casa con cipreses.
Luego se sigue este camino de tierra entre campos bien cuidados de almendros, hasta llegar a otra bifurcación a la derecha que vuelve a dirigirse hacia la sierra.
El camino va desdoblándose para entrar en algunas fincas, pero se sigue el principal.
Termina por desaparecer y se convierte en un sendero que se bifurca.
Las dos opciones se unirán más adelante, pero en esta ocasión se sigue la de la izquierda, ya que sube por el barranco y parece más interesante.
El tránsito por el barranco no reviste ninguna dificultad y le da un poco de emoción a la ruta, hasta ahora por caminos abiertos. Cosa que vuelve a ocurrir al llegar al collado y unirse a la otra opción que llega por la derecha.
Al menos esta pista forestal que recorre el corazón de la Serra de Ripoll, se encuentra rodeada de pinos.
Se gira a la izquierda en el primer cruce y ahora hay que ir muy atentos a la derecha para localizar el principio de otro sendero.
Aunque se nota algo sobre el terreno, no está muy claro donde empieza la senda.
No se indica por qué motivo, pero parece estar camuflada para que no se circule por ella.
A los pocos metros ya aparece perfectamente marcada y además se nota que lleva mucho tiempo utilizada.
Esta senda llega hasta unos bancales, al final de los cuales gira a la izquierda para descender por otro barranco.
Pero en esta ocasión interesa seguir junto a los bancales hacia la derecha, ascendiéndolos hasta llegar al camino de acceso a ellos.
El camino de acceso a los bancales, lo es también a un grupo de colmenas.
Al salir hacia el camino asfaltado se vuelven a encontrar las marcas sobre la roca del suelo.
Se sale al camino asfaltado y se inicia el descenso.
Las flechas de la fotografía indican las tres chimeneas de ventilación, localizables a simple vista, del que se ha denominado como Qanat de la Serra Llarga.
A la izquierda del camino asfaltado discurre el lecho del barranco, sobre el que destacan unas profundas roderas.
Por el gran desgaste de la roca, es de suponer que se trataba de un camino íbero muy transitado, con una profundidad similar al de las carrileras del Barranco de San Antón, aunque a diferencia del Ferriol, la Serra de Peligros o la Serra de les Pedreres, en estas sierras no es tan evidente la existencia de canteras, por lo que cabría pensar el transporte de otro tipo de mercancía.
Se debe comentar el hecho de que con el desgaste de la zona de paso de las ruedas, había que rebajar manualmente el camino, para que los animales de tiro pudiesen seguir arrastrando los carros sin más dificultades de las imprescindibles.
También había que rebajar los laterales del canal formado por el camino, ya que al descender de nivel, el exterior de la rueda rozaba.
La entrada del qanat queda a la derecha y el barranco termina, ya solo queda un pequeño tramo hasta el punto de partida.
Ruta de 11,16 Km realizada en 180' el 17/04/2013