Con esta otra visita al Vall de Laguar se cierra una trilogía para conocer el Barranc de l’Infern, en la que en la ruta nº 169 se recorre el cauce del Riu Girona desde su paso por la población de La Vall d’Ebo, hasta llegar a unos saltos en los que es necesario material de escalada, por lo que es impracticable para un simple senderista.
El siguiente tramo entre la Cova Santa (también un punto insalvable para un senderista) y la cara interior de la Presa d’Isbert, se recorre durante el transcurso de la ruta nº 71.
Y finalmente en la presente ruta, además de visitar nuevamente la Cova Santa, se conoce la porción del Riu Girona que va desde la Presa d’Isbert, hasta una laguna que se crea en su cauce al sobrepasar la masa montañosa que ha atravesado, para posteriormente discurrir por el amplio y fértil valle que crea hasta llegar al mar.
pincha aquí versión para imprimir
pincha aquí versión satélite WIKILOC
Se inicia la ruta dejando el coche en una zona acondicionada para ello en unos antiguos bancales, en la población de Fleix.
Como se trata de una ruta lineal con dos direcciones, se puede ir en cualquiera de las dos sin importar el orden.
En esta ocasión, primero se visitará la Presa d’Isbert.
Por tanto hay que dirigirse, como se indica en el mapa, hacia la población de Campell.
Se irán encontrando marcas blancas-amarillas de la PRV-181.
A la salida de Campell, aparece un sendero a la izquierda de la carretera, que desciende en dirección al Riu Girona.
El sendero pasa bajo un curioso arco vegetal formado por un algarrobo.
El sendero enlaza con una pista forestal, en ocasiones encementada, que hay que volver a dejar, por otro sendero que aparece a la derecha, tras sobrepasar una bifurcación.
De nuevo se llega a un camino de tierra que accede a unos bancales y por el que se prosigue el descenso.
Finalmente se llega frente a una gran casa, aparentemente abandonada.
La PRV oficial continúa junto a la tapia de la izquierda, pero en esta ocasión, se sigue una segunda alternativa.
Como se ve en el mapa, se trata de seguir unos metros por el camino de acceso, y a la izquierda aparece un sendero, muy poco visible por la exuberante vegetación existente en esta ladera, ya que por aquí baja uno de los dos arroyos, creados por el descenso del agua de la Font d’Isbert hacia el río.
Hay que seguir el sendero, que cruza por un auténtico túnel bajo las zarzas, hasta llegar a un camino de acceso a unos bancales, por los cuales se continúa hacia la izquierda.
Estos bancales llevan junto al río, al punto donde se puede considerar que acaba el Barranc de l’Infern, y empieza el fértil, y más adelante amplio, Vall del Riu Girona.
En este punto existe una pequeña laguna, alimentada principalmente por el agua procedente de la Font d’Isbert.
Los bancales terminan junto a la rocosa ladera, junto a la que baja el otro arroyo procedente de la Font d’Isbert.
Se trepa un poco y se llega al centro del cauce, desde donde se puede ver en su totalidad esta laguna.
Imagen del canal abierto por la erosión en este bloque rocoso, que supone el fin del paso del Riu Girona por la Serra del Migdia.
Ahora se inicia el sencillo ascenso por el lecho del barranco.
Una pista forestal encementada cruza el lecho del barranco.
Se puede seguir por ella o por el cauce.
A los pocos metros vuelven a cruzarse. Igualmente se puede ir por los dos sitios, pero en esta ocasión se sigue por el barranco.
Vista de los acantilados de la izquierda.
Ya aparece a la vista el tercer estrechamiento, llamado d’Isbert y comentado en la introducción de la ruta nº 169 sobre el Riu Girona.
Por la ladera de la derecha, la pista encementada llega a las instalaciones del Pozo Lucifer, de donde se extrae agua para el abastecimiento de los municipios de La Vall de Laguar, Murla y Calp, y desde la cual, una senda desciende hasta el lecho del barranco.
Al avanzar un poco más, ya es visible la estrecha Presa d’Isbert.
Se llega hasta cerca de la presa, ya que no es posible acercarse del todo, porque en el lecho hay un salto infranqueable.
Sobre la pared rocosa de la izquierda, se ve una vía ferrata con grapas de hierro en no muy buenas condiciones, por lo que no es recomendable subir por ella.
Por lo que para subir es mejor volver por el cauce.
Hasta que a la derecha aparece un sendero por el que se abandona el lecho del barranco.
Se enlaza con otra senda que recorre la ladera y se gira hacia la derecha.
Se llega a un punto, en el que el sendero de acceso a la presa, se encuentra cerrado con una puerta metálica para impedir el paso.
No se debe hacer, pero hay un agujero en el vallado lateral que permite acceder, llevando mucho cuidado.
Este Assut d’Isbert o pequeña presa para riego d’Isbert; fue construido en 1944 en este lugar, aprovechando el estrechamiento del barranco, con la intención de conseguir embalsar las aguas de las avenidas del río Girona y disponer de reservas para la agricultura.
Con una altura desde el cauce de 27 metros y una anchura en la corona de 18 metros, en la teoría podía haberse elevado mucho más, ya que las paredes verticales de los lados, se elevan casi paralelos cerca del centenar de metros.
El acceso a la presa también está cerrado con otro vallado. En esta ocasión es muy complicado, por lo que no vale la pena arriesgarse a saltarlo.
A la izquierda aparece un túnel aliviadero que rodea la presa y sale al otro lado, pero actualmente se encuentra sellado y no ejerce su propósito, al igual que el resto de la infraestructura.
Ya que no se tuvieron en cuenta las características geológicas del terreno (muy permeables) y el agua embalsada rápidamente es absorbida por el suelo.
Por lo tanto, en la actualidad ejerce unas funciones distintas a las originales, pero igual de importantes, como son frenar el caudal en caso de riada y cargar el acuífero de Orba con el agua que de otro modo, se perdería en el mar.
Tras la visita, se regresa por el mismo sendero en dirección a los acantilados.
Un túnel atraviesa esta pared rocosa hasta el otro lado.
A pesar de su longitud, no es imprescindible ir con linterna, aunque sí aconsejable.
El sendero, con marcas blancas-amarillas de la PRV-181, ya que esta es la entrada oficial a la presa, llega hasta la parte posterior de la gran casa anteriormente comentada.
Se pasa junto a la tapia y se inicia el retorno al coche, por el mismo itinerario utilizado para llegar aquí.
De nuevo en el punto de inicio, empieza la segunda parte de la ruta en dirección a la Cova Santa.
Para ello, se deja la carretera que va hacia Benimaurell por la derecha, siguiendo un camino asfaltado, que también llega a Benimaurell y está marcado con balizas de la PRV-147.
El camino asfaltado pasa junto a la Font Grossa y al antiguo lavadero de Fleix.
Un poco más allá del lavadero, a la derecha se encuentra el principio de la senda, también balizada, que empieza a descender por la ladera.
La senda, con muchos siglos de existencia, es ancha y está nivelada gracias a un muro lateral de piedra que la mantiene estable y evita la erosión por el agua, al igual que las piedras transversales que forman escalones.
Antes de llegar al Forat, se cruza un arroyo que según la cantidad de agua que lleve, permitirá disfrutar de la visión de un espectacular salto de agua.
En esta ocasión no hay suerte y el barranco está totalmente seco.
Se vuelve a cruzar el barranco y se sigue descendiendo por el ancho sendero.
Al fondo se ven los blancos cantos rodados que forman el lecho del Riu Girona o Barranc de l’Infern.
Al frente también se distingue el sendero, que tras cruzar el lecho, inicia su zigzagueante ascenso por la otra ladera.
Una vez en el fondo del barranco, la PRV sigue al frente, pero para llegar a la Cova Santa, hay que seguir el cauce hacia la izquierda.
Circular por aquí no reviste ningún tipo de dificultad.
Se llega a un punto en el que parece que el barranco termina sin solución de continuidad, al llegar a una bifurcación en la que el Barranc de l’Infern gira 90º a la derecha y por otros 90º a la izquierda se une al cauce el Barranc dels Racons.
Como es evidente se gira a la derecha, entre enormes bloques de piedra y entrando en un mundo cada vez más impresionante, a medida que las paredes se estrechan.
La Cova Santa es el lugar en el que las paredes del barranco quedan tan juntas que parece existir un techo que se cierra en la alturas, convirtiendo el Barranc de l’Infern en un túnel, del que sin material de escalada, tan solo se puede recorrer un tramo.
Una escalera sobre la roca permitiría avanzar un poco más, pero por seguridad, si no se va preparado, no vale la pena arriesgarse.
Ya solo queda regresar por el mismo camino.
Disfrutar de las vistas del barranco.
Ir atentos al sendero de la derecha y una vez localizado, iniciar el ascenso para abandonar definitivamente el Barranc de l’Infern.
Se vuelve a cruzar por el Forat.
Se siguen subiendo los interminables escalones de este mítico sendero.
Un último vistazo al lavadero y la Font Grossa.
Y por fin en el coche.
Ruta de 13,49 Km realizada en 320' el 11/02/2014
El siguiente tramo entre la Cova Santa (también un punto insalvable para un senderista) y la cara interior de la Presa d’Isbert, se recorre durante el transcurso de la ruta nº 71.
Y finalmente en la presente ruta, además de visitar nuevamente la Cova Santa, se conoce la porción del Riu Girona que va desde la Presa d’Isbert, hasta una laguna que se crea en su cauce al sobrepasar la masa montañosa que ha atravesado, para posteriormente discurrir por el amplio y fértil valle que crea hasta llegar al mar.
pincha aquí versión para imprimir
pincha aquí versión satélite WIKILOC
...
Mapa ruta nº 172 Presa d'Isbert-Cova Santa
Mapa ruta nº 172 Presa d'Isbert-Cova Santa
Se inicia la ruta dejando el coche en una zona acondicionada para ello en unos antiguos bancales, en la población de Fleix.
Como se trata de una ruta lineal con dos direcciones, se puede ir en cualquiera de las dos sin importar el orden.
En esta ocasión, primero se visitará la Presa d’Isbert.
Por tanto hay que dirigirse, como se indica en el mapa, hacia la población de Campell.
Se irán encontrando marcas blancas-amarillas de la PRV-181.
A la salida de Campell, aparece un sendero a la izquierda de la carretera, que desciende en dirección al Riu Girona.
El sendero pasa bajo un curioso arco vegetal formado por un algarrobo.
El sendero enlaza con una pista forestal, en ocasiones encementada, que hay que volver a dejar, por otro sendero que aparece a la derecha, tras sobrepasar una bifurcación.
De nuevo se llega a un camino de tierra que accede a unos bancales y por el que se prosigue el descenso.
Finalmente se llega frente a una gran casa, aparentemente abandonada.
La PRV oficial continúa junto a la tapia de la izquierda, pero en esta ocasión, se sigue una segunda alternativa.
Como se ve en el mapa, se trata de seguir unos metros por el camino de acceso, y a la izquierda aparece un sendero, muy poco visible por la exuberante vegetación existente en esta ladera, ya que por aquí baja uno de los dos arroyos, creados por el descenso del agua de la Font d’Isbert hacia el río.
Hay que seguir el sendero, que cruza por un auténtico túnel bajo las zarzas, hasta llegar a un camino de acceso a unos bancales, por los cuales se continúa hacia la izquierda.
Estos bancales llevan junto al río, al punto donde se puede considerar que acaba el Barranc de l’Infern, y empieza el fértil, y más adelante amplio, Vall del Riu Girona.
En este punto existe una pequeña laguna, alimentada principalmente por el agua procedente de la Font d’Isbert.
Los bancales terminan junto a la rocosa ladera, junto a la que baja el otro arroyo procedente de la Font d’Isbert.
Se trepa un poco y se llega al centro del cauce, desde donde se puede ver en su totalidad esta laguna.
Imagen del canal abierto por la erosión en este bloque rocoso, que supone el fin del paso del Riu Girona por la Serra del Migdia.
Ahora se inicia el sencillo ascenso por el lecho del barranco.
Una pista forestal encementada cruza el lecho del barranco.
Se puede seguir por ella o por el cauce.
A los pocos metros vuelven a cruzarse. Igualmente se puede ir por los dos sitios, pero en esta ocasión se sigue por el barranco.
Vista de los acantilados de la izquierda.
Ya aparece a la vista el tercer estrechamiento, llamado d’Isbert y comentado en la introducción de la ruta nº 169 sobre el Riu Girona.
Por la ladera de la derecha, la pista encementada llega a las instalaciones del Pozo Lucifer, de donde se extrae agua para el abastecimiento de los municipios de La Vall de Laguar, Murla y Calp, y desde la cual, una senda desciende hasta el lecho del barranco.
Al avanzar un poco más, ya es visible la estrecha Presa d’Isbert.
Se llega hasta cerca de la presa, ya que no es posible acercarse del todo, porque en el lecho hay un salto infranqueable.
Sobre la pared rocosa de la izquierda, se ve una vía ferrata con grapas de hierro en no muy buenas condiciones, por lo que no es recomendable subir por ella.
Por lo que para subir es mejor volver por el cauce.
Hasta que a la derecha aparece un sendero por el que se abandona el lecho del barranco.
Se enlaza con otra senda que recorre la ladera y se gira hacia la derecha.
Se llega a un punto, en el que el sendero de acceso a la presa, se encuentra cerrado con una puerta metálica para impedir el paso.
No se debe hacer, pero hay un agujero en el vallado lateral que permite acceder, llevando mucho cuidado.
Este Assut d’Isbert o pequeña presa para riego d’Isbert; fue construido en 1944 en este lugar, aprovechando el estrechamiento del barranco, con la intención de conseguir embalsar las aguas de las avenidas del río Girona y disponer de reservas para la agricultura.
Con una altura desde el cauce de 27 metros y una anchura en la corona de 18 metros, en la teoría podía haberse elevado mucho más, ya que las paredes verticales de los lados, se elevan casi paralelos cerca del centenar de metros.
El acceso a la presa también está cerrado con otro vallado. En esta ocasión es muy complicado, por lo que no vale la pena arriesgarse a saltarlo.
A la izquierda aparece un túnel aliviadero que rodea la presa y sale al otro lado, pero actualmente se encuentra sellado y no ejerce su propósito, al igual que el resto de la infraestructura.
Ya que no se tuvieron en cuenta las características geológicas del terreno (muy permeables) y el agua embalsada rápidamente es absorbida por el suelo.
Por lo tanto, en la actualidad ejerce unas funciones distintas a las originales, pero igual de importantes, como son frenar el caudal en caso de riada y cargar el acuífero de Orba con el agua que de otro modo, se perdería en el mar.
Tras la visita, se regresa por el mismo sendero en dirección a los acantilados.
Un túnel atraviesa esta pared rocosa hasta el otro lado.
A pesar de su longitud, no es imprescindible ir con linterna, aunque sí aconsejable.
El sendero, con marcas blancas-amarillas de la PRV-181, ya que esta es la entrada oficial a la presa, llega hasta la parte posterior de la gran casa anteriormente comentada.
Se pasa junto a la tapia y se inicia el retorno al coche, por el mismo itinerario utilizado para llegar aquí.
De nuevo en el punto de inicio, empieza la segunda parte de la ruta en dirección a la Cova Santa.
Para ello, se deja la carretera que va hacia Benimaurell por la derecha, siguiendo un camino asfaltado, que también llega a Benimaurell y está marcado con balizas de la PRV-147.
El camino asfaltado pasa junto a la Font Grossa y al antiguo lavadero de Fleix.
Un poco más allá del lavadero, a la derecha se encuentra el principio de la senda, también balizada, que empieza a descender por la ladera.
La senda, con muchos siglos de existencia, es ancha y está nivelada gracias a un muro lateral de piedra que la mantiene estable y evita la erosión por el agua, al igual que las piedras transversales que forman escalones.
Antes de llegar al Forat, se cruza un arroyo que según la cantidad de agua que lleve, permitirá disfrutar de la visión de un espectacular salto de agua.
En esta ocasión no hay suerte y el barranco está totalmente seco.
Se vuelve a cruzar el barranco y se sigue descendiendo por el ancho sendero.
Al fondo se ven los blancos cantos rodados que forman el lecho del Riu Girona o Barranc de l’Infern.
Al frente también se distingue el sendero, que tras cruzar el lecho, inicia su zigzagueante ascenso por la otra ladera.
Una vez en el fondo del barranco, la PRV sigue al frente, pero para llegar a la Cova Santa, hay que seguir el cauce hacia la izquierda.
Circular por aquí no reviste ningún tipo de dificultad.
Se llega a un punto en el que parece que el barranco termina sin solución de continuidad, al llegar a una bifurcación en la que el Barranc de l’Infern gira 90º a la derecha y por otros 90º a la izquierda se une al cauce el Barranc dels Racons.
Como es evidente se gira a la derecha, entre enormes bloques de piedra y entrando en un mundo cada vez más impresionante, a medida que las paredes se estrechan.
La Cova Santa es el lugar en el que las paredes del barranco quedan tan juntas que parece existir un techo que se cierra en la alturas, convirtiendo el Barranc de l’Infern en un túnel, del que sin material de escalada, tan solo se puede recorrer un tramo.
Una escalera sobre la roca permitiría avanzar un poco más, pero por seguridad, si no se va preparado, no vale la pena arriesgarse.
Ya solo queda regresar por el mismo camino.
Disfrutar de las vistas del barranco.
Ir atentos al sendero de la derecha y una vez localizado, iniciar el ascenso para abandonar definitivamente el Barranc de l’Infern.
Se vuelve a cruzar por el Forat.
Se siguen subiendo los interminables escalones de este mítico sendero.
Un último vistazo al lavadero y la Font Grossa.
Y por fin en el coche.
Ruta de 13,49 Km realizada en 320' el 11/02/2014